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El revuelo en torno al criptoarte

Durante años, el arte digital vivió una existencia en las sombras, también en Alemania. Ahora atrae la atención de todo el mundo. ¿Por qué?

Jürgen Moises, 11.05.2021
“Everydays – The First 5000 Days” en un teléfono inteligente
“Everydays – The First 5000 Days” en un teléfono inteligente © Shutterstock

Para el mercado del arte es un enriquecimiento; para el clima, una catástrofe. Así podría resumirse el actual revuelo en torno al criptoarte. Sintomático de la tendencia es “Everydays - The First 5000 Days”: un collage digital del diseñador Mike Winkelmann, alias Beeple, que fue subastado en Christie's por 69,3 millones de dólares. El estadounidense se convirtió así de un momento a otro en el tercer artista vivo más valioso. En Alemania, el revuelo en torno al criptoarte aún no es tan grande, pero los precios también están subiendo aquí.

¿Por qué ahora?

Ello nos lleva a preguntarnos: ¿por qué ahora? Arte realizado con computadoras pudo verse ya en una galería de Stuttgart en 1965. Posteriormente, el arte digital como medio de comunicación o arte en la red sufrió muchas transformaciones. Se expuso en museos y en festivales como la Transmediale, y se colecciona desde 1989 en el Centro de Arte y Medios de Comunicación (ZKM) de Karlsruhe 1989. Pero en el mercado siguió siendo en gran medida invendible y poco interesante para muchos coleccionistas e inversionistas, debido a su reproducibilidad digital.

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El criptoarte es otra historia, ya que se basa en los TNF. TNF es la sigla de token no fungible (TNF) (también conocido por la sigla NFT, del inglés non-fungible token), que desempeña un decisivo papel en la tecnología blockchain, hecha famosa por Bitcoin. Los tokens son algo así como vales digitales, con los que pueden comprarse “objetos” digitales, tales como arte o incluso música. Los TNF son únicos, indivisibles, transferibles y no pueden copiarse. Y quien tiene el token correspondiente se identifica como legítimo propietario de la obra con él vinculada.

El éxito en Berlín

Hasta ahora, el criptoarte se negociaba en bolsas especiales, como OpenSea o SuperRare. La novedad es que ahora también el mercado clásico de arte, limitado por el coronavirus, se interesa por él. Además de Christie's, la König Galerie de Berlín es un buen ejemplo. No solo es la primera galería comercial que incluye en su cartera todas las formas de pago con blockchain que se ofrecen. También está representada en “Decentraland”, un mundo virtual basado en blockchain, donde expuso en marzo de 2021 obras de artistas digitales tales como Mario Klingemann y Banz & Bowinkel.

El lado negativo del revuelo en torno al criptoarte es que la producción de un TNF requiere una gran potencia de cálculo y, por tanto, mucha electricidad. Por ello, el ZKM ha anunciado en su página web que dejará de comprar TNF basados en la blockchain de Ethereum, una plataforma especialmente costosa. ZKM quiere esperar la creación de blockchains menos perjudiciales para el clima.

© www.deutschland.de

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