El deseo de emprender
Hoy son los emprendedores, ayer eran los inventores: las innovaciones de Alemania han cambiado la vida de las personas.
Quizás Konrad Zuse sólo inventó el primer ordenador porque odiaba calcular. El ingeniero civil de Berlín buscaba una alternativa a la realización de cálculos mentales. En 1941, perfeccionó sus primeras máquinas de calcular mecánicas hasta convertirlas en el Z3, la primera computadora programable del mundo, marcando así el inicio de la era digital.
No sólo en Alemania la digitalización y la innovación se alimentan mutuamente. Mientras que en el pasado eran principalmente grandes ciudades como Hamburgo, Múnich o Berlín centros de creación de empresas, hoy en día es posible realizar nuevos desarrollos en cualquier lugar. Y el deseo de emprender crece.
En Baja Sajonia, el número de startups aumentó un 19% en 2020, a pesar del coronavirus. Una de las razones, según Jürgen Bath, director general del Centro de Tecnología y Creación de Empresas de Oldenburg, es que las empresas emprendedoras alejadas de las grandes metrópolis suelen beneficiarse de un alto nivel de transparencia y de un marketing de recomendación que funciona.
Una breve incursión por los Estados federados
Hoy en día, la sostenibilidad es muy popular en la escena de las empresas emergentes alemanas. Por ejemplo, en Mecklemburgo-Pomerania Occidental: la startup Ökohle, de Greifswald, se ocupa de una de las actividades de ocio más populares de Alemania, la barbacoa. Ha desarrollado una alternativa al carbón para barbacoas, fabricado a partir de maderas tropicales.
Al igual que Ökohle, los grandes inventores suelen empezar de abajo. Al principio hubo poco interés por el coche: en 1886, en lo que hoy es Baden-Württemberg, dos hombres trabajaban al mismo tiempo en la misma idea: Karl Benz y Gottlieb Daimler. La primera reacción del público: "demasiado ruidoso, demasiado rápido, demasiado peligroso". Sin embargo, su automóvil cambió el mundo.
A veces las grandes cosas surgen sin planearlas: en Baviera, durante un experimento en su laboratorio de Würzburg, el físico Wilhelm Carl Röntgen descubrió accidentalmente la luz donde no podía existir. Una luz que podía penetrar la materia. Tuvo la idea de utilizar esta radiación para ver el interior de las personas, y su procedimiento de rayos X revolucionó la medicina.
En Renania-Palatinado, otra pareja de investigadores hizo historia médica recientemente: Özlem Türeci y Uğur Şahin desarrollaron la primera vacuna el coronavirus con su empresa Biontech 2020, con sede en Mainz. De este modo, lograron dar el paso decisivo en la lucha contra la pandemia. Y siguen investigando. Su próximo proyecto: un medicamento contra la esclerosis múltiple.
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