Un vestido de leche
En Alemania, cada vez más empresas descubren materias primas biológicas como base para sus productos… desplegando un gran poder creativo.
Vestimentas de leche
La empresa QMilk, de Hemmingen, cerca de Hannover, produce fibras a partir de residuos lácteos que no pueden ser utilizados para el consumo humano. Las fibras lácteas se producen totalmente sin productos químicos, con cera de abejas y zinc. Las telas producidas son suaves como la seda, antibacterianas y adecuadas para alérgicos.
Limpiar con paja
Debido a que el alcohol disuelve la grasa y la suciedad, a menudo está contenido en productos de limpieza. El bioetanol puede producirse a partir de paja y otros residuos vegetales. La marca ecológica Frosch, de Maguncia, vende un limpiador de superficies que contiene etanol producido con residuos de paja de la agricultura alemana.
Pañales compostables
Un bebé necesita por lo menos cinco pañales al día. Normalmente, en la producción de pañales se utiliza mucho petróleo, especialmente para el núcleo absorbente del pañal, que, a su vez, genera muchos residuos. La compañía Fairwindel, de Brandeburgo, vende un pañal desechable libre de productos químicos y completamente compostable. Sólo los cierres de velcro siguen siendo de plástico
Velas de residuos grasos
Las velas suelen ser de parafina o estearina. La parafina se obtiene del petróleo, la estearina de aceite de palma, para cuyo cultivo se destruye a menudo la selva tropical. La empresa Biokema, de Sünna, en Turingia, produce velas de residuos grasos de restaurantes y fábricas de alimentos. La grasa se purifica, de tal modo que no genera carbono cuando se quema.
Tazas de café
La empresa berlinesa Kaffeeform recoge restos de café en los cafés de los alrededores y los convierte en tazas marrones aptas para el lavavajillas y tazas para llevar. El plástico orgánico se produce por moldeo por inyección utilizando fibras vegetales y resina orgánica.
Esmalte de uñas de algas
La empresa Ocean Pharma, de Reinbek, produce esmalte de uñas a partir de proteínas de seda de araña y la microalga spirulina. El esmalte de uñas no sólo es inofensivo para el medio ambiente, sino que también cuida las uñas: les permite respirar e inhibe gérmenes.