Contribuir a la transición energética
En la actualidad, la demanda de personal cualificado internacional para el creciente número de “empleos verdes” en Alemania es más grande que nunca.
Al hablar de la transición energética, se piensa automáticamente, en general, en aerogeneradores y sistemas fotovoltaicos. Constantin Eis piensa en… personal cualificado. El jefe del proveedor de energía verde Lichtblick se dirigió a Robert Habeck, ministro federal de Economía y Protección del Clima, a través de una carta abierta, titulada “Sin acción no hay transición”. Entre quienes firman la carta, se encuentran también los gerentes de otras empresas, como 1Komma5°, Thermondo, PowerUs e Instаllion. El pedido no es más que acelerar la llegada de personal cualificado para impulsar la transición energética. Sus sugerencias abarcan desde formaciones aceleradas para personal de instalación de sistemas fotovoltaicos hasta medidas para simplificar la llegada de personal cualificado extranjero.
La carta del sector energético es una clara muestra de la importancia del tema y de la gran predisposición de las empresas a transitar nuevos caminos. “En la actualidad, la escasez de personal cualificado es uno de los mayores retos para la protección del clima”, explica Eis para fundamentar su iniciativa. No obstante, el jefe de Lichtblick y sus aliados no solo realizan pedidos, sino que también acercan una oferta: “Con nuestra carta abierta, buscamos apoyar las iniciativas del gobierno para superar la escasez de personal cualificado y demostrar nuestra predisposición para aplicar soluciones rápidamente con todos los involucrados”, afirma Eis. “Contar con personal suficientemente cualificado es fundamental para aumentar el enorme potencial de las tecnologías destinadas a la protección del clima”.
El potencial es realmente enorme. Las tecnologías verdes están en pleno auge. Se trata de un fenómeno a nivel mundial, como constata un informe actual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). El informe registra una cifra récord en la expansión de las energías renovables en el año 2022, con un aumento del 26 % en los sistemas destinados a aprovechar la energía solar.Las inversiones en energías limpias aumentaron un 15 % hasta alcanzar los 1600 millones de dólares estadounidenses. La venta de vehículos eléctricos también creció notablemente, de manera que su proporción del mercado aumentó más del triple en el transcurso de solo dos años. La evolución es tan dinámica que la AIE es optimista, incluso, en relación con la protección climática a nivel internacional: “Los veloces avances en las tecnologías de las energías limpias más importantes demuestran que la nueva industria energética se está generando más rápido de lo que muchos piensan”.
En Alemania, los sistemas fotovoltaicos, los coches eléctricos y las bombas de calor también están experimentando los mayores niveles de demanda de la historia. El interés en las tecnologías de la transición energética ha crecido sustancialmente tanto en las empresas como en la población, concluye un estudio de Agora Energiewende. El think tank de utilidad pública analizó el desarrollo de la transformación de los sistemas energéticos e industriales y estudió también cuál es la opinión de ciudadanas y ciudadanos sobre el tema. La conclusión fue que “el tema de la transición energética está arraigado con firmeza en la población”. Incluso cuando los precios de la energía aumentaron notablemente durante el año 2022 debido a la guerra en Ucrania, la protección del clima y del medio ambiente continuaban formando parte de los temas más importantes para las personas en Alemania. El think tank habla de un “amplio respaldo de la sociedad a la transición energética”.
Por decirlo de algún modo, en Alemania se originó la transición energética. Aquí fue que “se inventó” el concepto que combina dos términos que nunca se habían vinculado aún y, de este modo, se crea algo nuevo: una denominación pegadiza que hace referencia a la transformación del suministro energético de las energías fósiles a las renovables. El concepto alcanzó resonancia en todo el mundo e, incluso, se adoptó en algunos idiomas, como en el inglés que se habla de la “German Energiewende” (en español: “la transición energética alemana”). Hoy en día, existen conceptos similares en alemán para otros sectores también relevantes para la protección del clima, como la transición del transporte (“Verkehrswende”), la transición de los sistemas de calefacción (“Wärmewende”) o la transición agrícola (“Agrarwende”).
El concepto de la transición energética apareció en Alemania ya durante los últimos años de la década de 1970. El Movimiento Antinuclear fue el primero en exigir una reforma del sistema energético y hablar de una “transición energética”. La intención no era únicamente que se abandone la energía nuclear que, en aquel entonces, desempeñaba un papel importante en Alemania. También se exigía que la energía comience a utilizarse de manera más cuidadosa y ahorrativa, y que se importe menos, en particular, cuando se trataba del petróleo.
En el año 1980, el Öko-Institut recientemente fundado en la ciudad de Friburgo, que también derivó del Movimiento Antinuclear y en la actualidad es uno de los institutos de investigación ambiental líderes a nivel mundial, publicó un estudio con el título programático “Energiewende: Wаchstum und Wohlstаnd ohne Erdöl und Urаn” (en español: “Transición energética: crecimiento y bienestar sin petróleo ni uranio”). Los puntos más importantes consistían en reemplazar las energías fósiles con energía eólica y fotovoltaica, pero también energía hidráulica, biomasa y geotérmica. El segundo pilar era la eficiencia energética. “Es la baza estratégica si se busca alcanzar los objetivos climáticos de forma segura y asequible”, afirmó alguna vez Florentin Krause, uno de los autores del estudio. Hoy en día, esos son los puntos fundamentales de la política de transición energética de Alemania.
Para dar lugar a una política concreta a partir de las exigencias y los conceptos, el camino que debió transitarse ha sido largo. Diversos órganos consultivos del Gobierno alemán destacaron los riesgos del cambio climático: la comisión de investigación “Vorsorge zum Schutz der Erdatmosphäre” (en español: “Precauciones para proteger la atmósfera terrestre”) recomendó ya en el año 1987 que se redujeran notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero. Poco tiempo antes, la revista de noticias “Der Spiegel” iniciaba un debate público sobre el tema con un artículo titulado “Die Klima-Katastrophe” (en español: “La catástrofe del clima”).
Con la Ley de Energías Renovables en el año 2000, el Gobierno federal introdujo un principio de prioridad relativo a la energía verde y aumentó los porcentajes de financiación. Las mejores condiciones atrajeron a numerosas ciudadanas y ciudadanos, así como a empresas, a invertir en la transición energética. Rápidamente comenzaron a aparecer aerogeneradores y paneles fotovoltaicos en todo el país. La proporción de energías renovables en el mix energético que, en aquel entonces, se hallaba alrededor del 6 % se triplicó en los siguientes diez años. En la actualidad, alcanza casi el 50 %. El acelerado desarrollo del ámbito provocó una veloz reducción de los precios de tecnologías que comenzaron siendo bastante costosas. Las energías renovables empezaban a ser competitivas, pero no solo en Alemania, en todo el mundo. Hoy en día, con frecuencia son más económicas que las energías fósiles, con costes de pocos céntimos por kilovatio hora en el caso de la energía fotovoltaica y eólica terrestre.
Antes de 2030
- 80 % de consumo energético a partir de energías renovables
- 15 millones de coches eléctricos
- 6 millones de bombas de calor
Antes de 2038
- Final de la producción energética a partir de carbón
Antes de 2045
- Neutralidad climática
De este modo, la Ley alemana de Energías Renovables se convirtió en un motor de la transición energética global. El auge actual de las tecnologías destinadas a la protección del clima no se habría producido sin ella o habría llegado mucho tiempo después. Al consultar a científicos climáticos por su esperanza para que puedan alcanzarse los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, siempre hacen referencia a la rápida caída de los precios de las tecnologías de la transición energética. Dado que hoy en día ya son casi insuperablemente económicas, el alejamiento de las fuentes energéticas nocivas para el clima se está convirtiendo en una opción realista.
La transición energética no solo ofrece energías neutras desde un punto de vista climático, sino que también contribuye a proteger el clima. Además, aumenta el valor añadido en el propio país, permite que ciudadanas y ciudadanos participen en la generación de energía y actúa como motor de empleo. De esta manera, se han creado ya casi 13 millones de puestos de trabajo, como documenta el último informe de empleo de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Asimismo, la IRENA destaca que, en este ámbito, las mujeres, los jóvenes y las personas que pertenecen a minorías poseen oportunidades notablemente mejores que en la generación energética convencional. Las mujeres, por ejemplo, ocupan alrededor de un tercio de los empleos en el sector de las energías renovables, mientras que representan solo aproximadamente el 20 % en la industria de las energías fósiles.
El número de puestos de trabajo en el ámbito de las renovables ha crecido también en Alemania y, según datos de la IRENA, hoy en día son alrededor de 350.000. Para ocupar estos y otros empleos que se generan, Alemania necesita personal cualificado de otros países. Un experto en energía ya consolidado en Alemania es Jаmаl Benfаydаh de Marruecos. El ingeniero electrónico trabaja desde marzo de 2021 en la empresa Schoenergie en Renania Palatinado. La empresa con más de 190 empleados construye instalaciones fotovoltaicas, parques solares, acumuladores e infraestructura de carga. Benfаydаh se desempeña como responsable de planificación técnica de proyectos de instalaciones solares en espacios abiertos. “Mi sueño era poder formar parte de proyectos de gran envergadura y ese sueño ahora se ha hecho realidad. Estoy orgulloso de poder contribuir activamente a la transición energética”.
Las empresas alemanas buscan constantemente personal cualificado como Jаmаl Benfаydаh, porque el Gobierno federal ha establecido ambiciosos objetivos en materia climática y reorganizado los planes para que la transformación energética gane velocidad. Alemania busca alcanzar la neutralidad climática antes de 2045, cinco años antes que la Unión Europea. Según la planificación, en el año 2030, el 80 % del consumo energético debe cubrirse ya con energías renovables, debe haber 15 millones de coches eléctricos en las carreteras y se deben haber montado seis millones de bombas de calor, además de que se busca impulsar la producción de hidrógeno verde. Como máximo en 2038, se debe dejar de producir energía a partir de carbón. Las últimas plantas nucleares dejaron de funcionar ya durante la primavera de 2023.
Por eso, el número de puestos de trabajo en el ámbito de la transición energética y la protección del clima aumentará notablemente en los próximos años. Incluso en la actualidad hay una importante demanda de personal cualificado. Hay numerosos ámbitos dentro de la industria verde en los que se está buscando personal nuevo: en la artesanía, la ingeniería, el sector de la construcción, en IT, la tecnología energética y eléctrica, y muchos más. En todos ellos, se necesitan “más manos”, como se formuló y solicitó recientemente en la carta abierta de las empresas que apuestan por la transición energética. Los empleos ofrecen buenas perspectivas a nivel profesional y pueden impulsar la transición energética de forma determinante.
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