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El smartphone podría 
salvar vidas en el estadio

Investigadores alemanes y brasileños trabajan en un software para una mayor seguridad en grandes eventos.

24.03.2014
© picture-alliance/Kyodo - Brasil worldcup venue

Un jugador de camiseta amarilla de la Seleção corre con el balón hacia la meta, regatea a algunos adversarios y hunde la pelota en la red. Con estas escenas sueñan los aficionados de fútbol 
de Brasil cuando piensan en la Copa del Mundo de Fútbol este verano en su país. Muchos acudirán a los estadios. Los más grandes están en Brasilia, São Paulo y Río de Janeiro y tienen capacidad para más de 65.000 espectadores. Pero estas fiestas son para otros una preocupación. Para las fuerzas de seguridad, los eventos multitudinarios constituyen un desafío enorme.

El festival de música tecno “Love Parade” en 2010 en Duisburg, en el que se produjo una estampida humana, los atentados terroristas de Madrid en 2004 y la próxima Copa del Mundo, han motivado a un equipo de investigadores europeo-brasileño al mando de Manoel Mendonça de la Universidade Federal da Bahia a equipar a las fuerzas de seguridad con modernos tecnologías móviles, para que las multitudes colaboren en la gestión de desastres. “Rescuer” se llama el proyecto, que cuenta con la participación, entre otros, del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Software Experimental IESE, el Centro Alemán de Investigación para la Inteligencia Artificial (DFKI), las universidades de Madrid y São Paulo, así como algunas empresas. El proyecto es financiado por la Unión Europea y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil.

“Rescuer” se basa en la idea del denominada “crowdsourcing”. La multitud proporciona datos que permiten a los servicios de emergencia realizar su trabajo más rápido en caso de un desastre y comprender mejor la situación. Los visitantes a su vez pueden recibir instrucciones y ponerse a salvo, sin interferir la huida de otros espectadores. “Hemos estudiado muchos casos de gestión de crisis”, explica la investigadora brasileña Karina Villela del IESE, que coordina el proyecto a nivel europeo, “y hemos comprobado que el proceso de recopilación y análisis de información no está suficientemente desarrollado.” Las fuerzas de seguridad necesitan información fiable y comprensible para poder actuar rápidamente.

Lo ideal sería que los datos provinieran de aquellas personas directamente afectadas por el desastre. Por ejemplo podría suceder que en una parte del estadio se produce 
un incendio. Los espectadores ya han instalado una aplicación móvil en su smart­phone antes de llegar al estadio y en ese momento la activan. Pueden tomar fotos o videos, que entonces envían automáticamente a los equipos de rescate. El sistema también recoge datos de los sensores incorporados al móvil. El “heatmap” (mapa de calores) muestra dónde está el usuario y con qué velocidad se mueve, a fin de comprobar cómo se mueve la multitud.

Cuando en 2013 el príncipe de Holanda 
Guillermo Alejandro fue coronado rey, se utilizó una aplicación móvil con la que el Centro Alemán para la Inteligencia Artificial podía recibir información sobre movimientos de espectadores, con datos provistos de forma anónima y voluntaria por 40.000 espectadores. Esta app también se empleó en el maratón de Viena y en el “Lord Mayor‘s Show” de Londres. En caso de emergencia, las fuerzas de seguridad hubieran podido organizar operaciones de rescate en base a dichos datos. “Con Rescuer queremos ahora combinar estos datos de movimientos con información multimedia”, resalta Paul Lukowicz del DFKI. “De ese modo, el personal de rescate puede asignar las imágenes que recibe a zonas concretas de peligro.” En este contexto es importante no abrumar a los rescatistas con miles de fotos y videos. Por eso el sistema debe poder excluir imágenes de baja calidad o de contenido similar.

Además de la recopilación y el tratamiento de datos, también la comunicación es importante. “En grandes eventos suele colapsar la comunicación en caso de desastre”, continúa Lukowicz. “Por eso hemos desarrollado una red específica cerrada. La aplicación que ofrecemos garantiza que los smartphones pueden crear entre sí una red propia de comunicación”. Muchos de los móviles se pueden utilizar como “access points” para poder intercambiar datos con otros móviles. En caso de emergencia, la información se distribuye de un smartphone a otro, y no a través de las redes móviles ya congestionadas. El sistema es inteligente y permite que estos puntos de acceso cambien constantemente, para evitar que las baterías de los usuarios se agoten demasiado rápido. La ventaja de una red de este tipo es evidente: la policía y los bomberos podrían, por ejemplo, orientar la huida de una parte del público hacia el sur y otra, hacia el norte. “Es mucho mejor poder dirigir el movimiento del multitud que simplemente gritarle por altoparlantes”, concluye Lukowicz.

“Pero también del lado de los visitantes aún hay desafíos que enfrentar en cuanto a nuestro sistema”, comenta Karina Villela. “Tenemos que asegurar que los colaboradores nos pueda proporcionar fácilmente la información sin tener que poner en peligro por ello su propia vida.” En cambio, el equipo de investigadores no 
ve problemas en lograr que los espectadores instalen la aplicación. “Esperamos que en el futuro, ya en las aplicaciones oficiales de información esté integrado un programa como el que desarrollamos”, dice Villela. “El usuario solo debe dar su acuerdo con el tipo de utilización que transmiten los datos.”

Hasta la Copa Mundial de Fútbol, probablemente estas aplicaciones aún no estarán disponibles. Pero dentro de dos años se celebran los Juegos Olímpicos en Brasil. “Confiamos en que nuestro sistema esté 
listo hasta entonces”, añade Villela. Tal vez se utilice ya antes de Rio 2016: “Rescuer” es interesante no solo para grandes eventos. Entre las entidades asociadas al proyecto 
se encuentra la empresa de productos químicos Dow, con su sociedad filial en Brasil. La compañía desea utilizar este sistema 
para sus parques químicos a fin de coordinar mejor la acción de empleados y personal de seguridad en caso de emergencia. ▪

Boris Hänßler