Consumo responsable
Plantan árboles, fabrican cerveza sostenible o hacen más verdes las ciudades. Estas empresas quieren que nuestras vidas sean más ecológicas.
Marktschwärmer
No más de 40 kilómetros son transportados los productos de Marktschwärmer en promedio desde el productor hasta el plato. Con una combinación de tienda en línea y mercado agrícola, Marktschwärmer vende productos regionales de forma digital y capta clientes allí donde les gusta estar: en internet. El pago y los pedidos se realizan a través de la página web o de la aplicación de Marktschwärmer. Los productos pueden recogerse una vez a la semana en un local, llamado “Schwärmerei”. Ya hay 140 de esos locales en Alemania y 1.364 en Europa. El proyecto se originó en Francia y se ha propagado hasta ahora a siete países: Francia, Alemania, España, Italia, Países Bajos, Bélgica y Suiza.
En Alemania, el número de clientes de Marktschwärmer aumenta constantemente. 2.000 productores entregan sus productos regionales en los locales de venta, donde pueden ser recogidos por los más de 150.000 usuarios registrados. Los productores fijan ellos mismos los precios de venta, garantizándose así un precio justo. Gracias al pedido previamente pagado a través de la tienda online, tampoco se generan costos innecesarios de refrigeración y transporte. Ello permite a los productores hacerse una mejor idea de la demanda de sus productos. Así no se desperdician alimentos.
PLANT-MY-TREE®
Desde el año 2000, Sören Brüntgens planta árboles para compensar las emisiones de CO2 y mitigar el cambio climático. La idea fue bien recibida por sus amigos. Muchos aportaron dinero para apoyar a Sören en su acción. Así nació la empresa PLANT-MY-TREE®, con una fundación asociada. PLANT-MY-TREE® quiere dar a todos la oportunidad de participar en la protección del medio ambiente, ya sea como persona o como empresa. Los árboles pueden plantarse en varias zonas de toda Alemania. Quienes desean apoyar la plantación de árboles deciden por sí mismos dónde se los planta a través del sitio web de la empresa. Esta les proporciona las coordenadas de la zona, donde pueden visitar sus árboles.
A la fundación "PLANT-MY-TREE" pertenecen actualmente 100 hectáreas de tierras en Alemania. “Para garantizar que los árboles sigan siendo cuidados dentro de 99 años, he creado una fundación además de la empresa. Las zonas son propiedad de la fundación y, por lo tanto, un bien común”, dice Sören. Sólo se plantan bosques mixtos. También se utilizan especies de árboles exóticos en Alemania, como el abeto de las tierras altas de Irán o el arce sicómoro, “árboles que pueden resistir la amenaza del cambio climático”, explica el fundador.
Active Giving
¿Correr y plantar un árbol al mismo tiempo? Ello es posible con la aplicación Active Giving. “Haz algo bueno para ti y ayuda al planeta”, es el lema del fundador, Laurent Petit, que desarrolló la aplicación en 2019 junto con su socio, Till Harnos. Los usuarios apoyan a través de sus actividades deportivas proyectos de protección del clima en todo el mundo. Active Giving tiene siete proyectos a elección, el usuario decide cuál quiere apoyar. ¿Cómo funciona? Un usuario tiene que correr, por ejemplo, cinco kilómetros para que sea plantado un árbol. Los árboles son pagados por Active Giving. Esta, a su vez, genera ingresos colocando en la aplicación anuncios de empresas sostenibles. Los 30.000 usuarios actuales ya han plantado más de 500.000 árboles en todo el mundo.
Con la aplicación no solo puede correrse. Hay un deporte adecuado para cada persona. Ya sea yoga, golf, equitación, kitesurf o vela, todo puede ser seguido a través de un sistema de geolocalización. “Estamos adoptando un enfoque de 360 grados para la aplicación. Empezamos con los deportes porque a nosotros mismos nos gusta practicarlos. Pero en el futuro, queremos que Active Giving sea algo más que una aplicación de fitness. Queremos que se convierta en una red de estilo de vida sostenible”, dice Laurent.
Nippessippi
Tomates en el balcón, pepinos en la acera y lechugas en la calle: el jardinero urbano y diseñador Arne Clasvogt lo hace posible. Un apasionado de la sostenibilidad, desde hace doce años cultiva él mismo hortalizas en su huerto “Nippessippi”, en el barrio de Nippes, en Colonia. “Empecé a cultivar frutas y verduras en mi huerto. Mientras tanto, se ha convertido en un pequeño enclave permacultural (un sistema de diseño agrícola, económico, político y social basado en las características del ecosistema natural), al que llamamos Nippessippi”, dice Arne. Quiere demostrar que cultivar verduras es una opción para todos, incluso en la ciudad. Por eso da conferencias y seminarios, y, en el marco del “CityLeaks Urban Arts Festival”, impulsa los jardines pop-up en el espacio público.
Desde hace diez años, profesionales del arte y la cultura de Colonia organizan el CityLeaks Urban Arts Festival. Allí presentan ideas para una ciudad del futuro. Arne y sus compañeros de campaña Oliver y Dominik participan también en 2021. Junto con CityLeaks y el estudio de arquitectura Quack, Arne ha planificado y construido arriates altos e islas verdes para transformar los espacios vacíos del barrio Ehrenfeld de Colonia en zonas de cultivo de frutas y verduras y muchas flores. “Queremos reutilizar espacios que de otro modo no se usarían. Así creamos espacios de encuentro entre las personas, el arte y la naturaleza”, dice Arne. Los visitantes pueden seguir el ciclo de una planta en la “calle comestible” durante todo el año. Así, CityLeaks y el equipo de Nippessippi quieren mostrar a la gente las posibilidades que tienen en la ciudad de practicar la horticultura, porque “en el espacio abierto y urbano, si se quiere, se puede hacer mucho”.
WILDPLASTIC
“Solo somos una pequeña pieza en un rompecabezas muy grande, pero aun así nos hemos propuesto librar al mundo de los residuos plásticos en el entorno”, dice Jascha Mähler, de WILDPLASTIC. “Wild plastic” llama la empresa a los residuos de plástico desechados en playas, campos y vertederos ilegales en países que carecen de sistemas de reciclaje. Con el plástico recogido, WILDPLASTIC fabrica bolsas de basura. “El sistema de reciclaje en Alemania funciona relativamente bien, las empresas locales de eliminación de residuos se encargan de la basura. No siempre funciona a la perfección, pero mejor que en la mayoría de los lugares. Utilizamos principalmente el plástico que nadie quiere actualmente en las regiones de recogida”, explica Jascha.
Junto con organizaciones y recolectores certificados, WILDPLASTIC limpia el medio ambiente en países que no tienen una buena infraestructura de reciclaje. “Para nosotros, además del aspecto ambiental, lo más importante es el impacto social. Los recolectores reciben poco reconocimiento en muchos países, a pesar de que limpian el medio ambiente y garantizan, por ejemplo, que la vida urbana local pueda funcionar”, explica Jascha. Por ello, WILDPLASTIC intenta comprarles a los recolectores el plástico de la forma más justa posible y mejorar así su nivel de vida a largo plazo.
Knärzje
Elabora cerveza como se hacía en Mesopotamia hace 5.000 años: la empresa Knärzje, de Hesse, fabrica cerveza a partir de pan duro, evitando así desperdiciar alimentos. “A veces no hacen falta ideas innovadoras para hacer el mundo un poco mejor. A menudo basta con ideas que ya tienen 5.000 años de antigüedad”, dice Daniel Anthes, CEO de la empresa, que existe desde 2019, pero realmente despegó en 2020.
La idea de la cerveza de pan se le ocurrió durante un viaje a Londres con amigos, donde probó toast-beer. “Llevo un tiempo comprometido con la lucha contra el desperdicio de alimentos y pensé que era una gran idea elaborar cerveza con pan viejo”, explica el fundador. Knärzje produce ahora 10.000 botellas de cerveza al mes. El pan lo obtiene de una cadena de panaderías ecológicas. "Knärzje" es una palabra del dialecto de la región de Hesse y se refiere a la pieza final de una barra de pan.
Papair
¿De dónde viene el embalaje de mis paquetes? Casi nadie lo sabe. Y ahí es exactamente donde entra en juego Papair. Esta start-up de Hannover desarrolla un plástico de burbujas sostenible fabricado al 100 % con papel reciclado. “Nadie sabe dónde se ha producido el material de embalaje con el que se envían los productos. Lo queremos cambiar”, explica Christopher Feist, uno de los tres fundadores. El producto aún no está en el mercado, pero ya tiene gran éxito internacional. “Nos llaman empresas de todo el mundo. Tenemos consultas de Estados Unidos, Canadá y Japón”, dice Christopher.
Pero el producto solo lo quieren ofrecer en Alemania y Europa, porque el envío de materiales de embalaje a todo el mundo va en contra de su idea de sostenibilidad. “Hemos desarrollado una máquina que produce el papel con burbujas de aire. También ofreceremos los derechos de producirlo bajo licencia en países no europeos”, explica el fundador. Porque el objetivo de Papair es sustituir el plástico de burbujas en todo el mundo, y hacerlo lo antes posible.
Heinerbike
Llevar al niño a la guardería, transportar cajas de bebidas o árboles de Navidad: esto no es un problema para quien cuenta con una bicicleta de carga. Pero no todo el mundo tiene el espacio o el dinero para comprar su propia bicicleta de carga. La transición en el sector del transporte hacia una movilidad sostenible y viable es el proceso que promueven activamente los 20 voluntarios de la iniciativa de bicicletas de carga gratuitas Heinerbike. Un total de 131 iniciativas con 447 bicicletas de carga gratuitas permiten a numerosas personas en Alemania probar sus ventajas. Las bicis de carga, que pueden alquilarse sin costo, sirven para transportar objetos que caben en un coche pequeño.
En marzo de 2018, la iniciativa Heinerbikes comenzó en Darmstadt, en el sur del estado federado de Hesse, con cinco bicicletas de carga financiadas por el Ministerio de Medio Ambiente de Alemania. En abril de 2019, se añadió una bicicleta de carga del Comité General de Estudiantes (Asta) de la Universidad Técnica de Darmstadt. Desde abril de 2021, un total de 14 Heinerbikes ruedan por el sur de Hesse, permitiendo una movilidad inteligente, respetuosa con el clima y moderna. Una oferta gratuita que es aceptada con agradecimiento por 2.800 personas.
El uso de las bicicletas es sencillo: hay que registrarse, reservar en línea y recoger la bici en la respectiva estación. Las estaciones suelen ser tiendas gestionadas por sus propietarios y, más recientemente, mercados de productos ecológicos. Con este proyecto, Heinerbike demuestra que transportar a niños, así como las compras más grandes, es fácil, ahorra espacio y resulta divertido gracias a las bicicletas de carga.