Reconsiderando la cría de animales
El bienestar de los animales de cría debe mejorar significativamente hasta 2040, ese es el objetivo de la Comisión Borchert. Hemos hablado al respecto con Jochen Borchert.
En 2019, la ministra de Agricultura de Alemania Julia Klöckner designó la Comisión Borchert con la misión de desarrollar las posibilidades de un cambio en la cría de animales. Bajo la presidencia del exministro de Agricultura Jochen Borchert, se espera de esta red de competencias un rediseño de la cría de animales.
Sr. Borchert, el 90 por ciento de la carne que se produce en Alemania proviene de animales criados en establos cerrados. Los cerdos, las vacas y las gallinas tienen muy poco espacio allí, lo que genera estrés y aburrimiento. ¿Podría esto cambiar pronto?
Las chances son buenas. A principios de julio de 2020, el Bundestag votó a favor de la aplicación de nuestras recomendaciones para una reestructuración de la ganadería. Pocas veces una propuesta de un grupo de trabajo ha recibido una aprobación tan amplia. En una carta abierta, asociaciones agrícolas y organizaciones no gubernamentales como la Asociación alemana de protección a los animales y Greenpeace se han dirigido al Bundestag para pedirle que implemente las propuestas.
¿Cómo es el establo del futuro?
El nivel III de alojamiento para cerdos de engorde, por ejemplo, significa que los animales tienen mucho más espacio, acceso al área exterior y diferentes zonas para caminar o descansar. Esto se corresponde en gran medida con las necesidades de la especie. Los cerdos son animales inteligentes, por eso hay que ofrecerles diferentes formas de ocupación, como cavar y explorar. También hay una supervisión sanitaria de veterinarios. Estas son condiciones óptimas.
¿En qué medida son los consumidores responsables del bienestar de los animales?
Si los consumidores aplicaran lo que expresan en las encuestas, la situación sería completamente diferente. Dos de cada tres personas entrevistadas en las encuestas dicen que gastarían más dinero por una carne mejor. La Universidad de Ciencias Aplicadas de Osnabrück investigó esto en la práctica y comprobó que menos del 20 por ciento compró realmente esta carne más cara y mejor. Llamamos a estos la brecha entre ciudadano y consumidor.
¿Cómo se piensa financiar la reestructuración?
Nuestra producción debe seguir siendo competitiva. Por eso queremos aplicar un impuesto de 40 céntimos de euro por kilogramo sobre la carne y los productos cárnicos, 15 céntimos por kilogramo sobre el queso y la mantequilla, y dos céntimos por kilogramo sobre la leche, los productos lácteos y los huevos. Eso cubrirá los costos de producción, y la carga para los consumidores es aceptable. Para la población vulnerable habrá una compensación.
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