Juntos por la protección de las especies
Focas, murciélagos y aves migratorias: tres ejemplos de cómo Alemania colabora con socios europeos en la protección de los animales.
Patrimonio de la Humanidad Mar de Wadden: Ayuda de vecindad para las focas grises
La foca gris no conoce fronteras: tanto si bucea en busca de peces frente a las costas danesas, alemanas u holandesas, es siempre el mayor depredador en la zona sur del Mar del Norte. Sin embargo, la foca gris se beneficia de la buena cooperación en favor de la conservación de la naturaleza, de países que vienen colaborando desde 1978 en la protección del Mar de Wadden como unidad ecológica. En 2009, el Mar de Wadden danés-alemán-holandés fue añadido a la Lista del Patrimonio Natural Mundial de la UNESCO. A mediados de 2019, expertos de los tres países señalaron que la población de focas grises del Mar de Wadden ha crecido constantemente en los últimos decenios.
EUROBATS: Protección europea para los murciélagos
Los murciélagos han caído recientemente en descrédito, bajo la sospecha de que podrían ser portadores del coronavirus. Pero esto no se aplica a las especies europeas. Lo que es cierto es que los expertos los consideran uno de los mejores indicadores de un entorno saludable: donde las poblaciones de murciélagos prosperan, el ecosistema está intacto y estable. Se alimentan de insectos y mantienen su distribución en equilibrio ecológico, lo que protege a los árboles de la infestación de plagas, por ejemplo. En 1993, Alemania fue uno de los primeros países en adherirse a EUROBATS, el Acuerdo sobre la Conservación de las Poblaciones Europeas de Murciélagos. La Secretaría de EUROBATS se encuentra en el Campus de la ONU en Bonn. En la actualidad, 37 Estados miembros colaboran en la protección de estos mamíferos voladores, desde Noruega hasta Israel, desde Portugal hasta Georgia.
Convención de Bonn: cooperación en materia de aves migratorias
Deben sobrevivir a viajes peligrosos: la mayoría de las aves migratorias, como los charranes y las cigüeñas, vuelan incluso miles de kilómetros desde sus hábitats de verano hasta sus zonas de invernada en África. Los peligros van desde la caza hasta las líneas eléctricas inseguras. Con el apoyo de Alemania, en 1983 entró en vigor la Convención de Bonn sobre la conservación de las especies migratorias, de la que las aves migratorias constituyen el grupo más numeroso. Entretanto, 131 países y la Unión Europea se han adherido a la Convención. Numerosos acuerdos, algunos de los cuales son vinculantes en virtud del derecho internacional, han hecho que los viajes de las aves migratorias sean algo más seguros.
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