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Donde las vacas producen energía

Una pequeña localidad de Mecklemburgo-Pomerania Occidental muestra cómo se hace: la aldea bioenergética de Bollewick genera a partir de fuentes renovables más electricidad y calor de los que consume.

25.09.2013
Burkhard Peter - Bioenergy Bollewick
Burkhard Peter - Bioenergy Bollewick © Burkhard Peter - Bioenergy Bollewick

La aldea de Bollewick, a unos 120 kilómetros al norte de Berlín, es idílica, tranquila y apacible. A primera vista. Mirando más detenidamente, la cosa se ve diferente, pues aquí ya se lleva a práctica resueltamente la transformación energética. Esta comunidad de 670 habitantes en el estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental es una “aldea bioenergética”, una localidad que apuesta por la energía generada naturalmente con el uso de tecnologías que protegen los recursos. Las 450 vacas de Henk van der Ham, un granjero proveniente de Holanda, por ejemplo, no solo dan leche y carne: su estiércol es usado además como material biodegradable para una planta de biogás que genera electricidad y calor.

En las plantas de biogás, a partir de la descomposición anaeróbica de biomasa, como boñigas, estiércol líquido y restos de plantas, se genera gas que una planta de cogeneración transforma en energía eléctrica y térmica. Esta última es utilizada para la calefacción de hogares. A diferencia de las plantas eólicas y solares, las de biogás pueden generar energía permanentemente, por lo cual son una  verdadera opción a las centrales atómicas y carboeléctricas.

Electricidad ecológica para 2.800 hogares

Naturalmente, generar energía limpia y confiable no es posible sin inversiones en infraestructura: en Bollewick fueron construidas subestaciones de distribución de calor y tendidos unos tres kilómetros de cañerías, para conectar los hogares con las dos plantas de biogás ya existentes. La abundante electricidad excedente pasa a la red pública. Actualmente son abastecidos con corriente eléctrica más de 2.800 hogares. Además, 54 familias de Bollewick utilizan el calor producido por las plantas de biogás para la calefacción hogareña, por la que pagan un tercio menos del precio normal. El balance energético de la aldea hasta ahora: por lo menos el  70 por ciento del calor necesario viene prácticamente de los establos, ahorrándose 250.000 litros de petróleo y gas por año, entre ellos 50.000 litros para la calefacción del “Granero Cultural”.

Este es por otra parte una doble atracción: por un lado, el granero de 130 años de antigüedad, considerado el mayor de Alemania construido con piedras naturales, es usado para numerosos fines comunitarios y culturales; por otro, los casi mil metros cuadrados de células solares sobre el techo del granero generan electricidad, que también fluye por los cables hasta la oficina de Berthold Meyer, el alcalde. Meyer, nacido en Bollewick, impulsó decididamente el desarrollo de la “aldea bioenergética”.  La localidad es la sexta de Mecklemburgo-Pomerania Occidental que posee ese atributo.

Farolas ahorrativas

El proyecto continúa desarrollándose sin cesar. Las calles ya no son alumbradas con bombillas de 80 vatios, que consumen mucha energía, sino con lámparas LED de 20 vatios. Según Meyer, de esa forma la aldea ahorra anualmente 7.000 euros de costos de electricidad. Actualmente, cuatro bloques de viviendas son conectados con una tercera planta de biogás. Además, los habitantes de Bollewick reflexionan acerca de si no sería sensato atraer a empresas que consumen mucha energía para que aprovechen el calor excedentario de las plantas de biogás en verano. Junto con siete comunidades vecinas, Bollewick desarrolla además un plan para aprovechar desechos de madera. Berthold Meyer piensa asimismo en un depósito común en el que restos de podas y cortes de césped puedan ser secados y transformados en astillas de madera o pellets para ser usados en sistemas de calefacción. El futuro se desarrolla en el campo.

17.09.13

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