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Walter Lindner, embajador en Sudáfrica

En la serie de deutschland.de "En misión", embajadores alemanes y altos funcionaros alemanes en organizaciones internacionales informan de su labor. Parte 24: Walter Lindner en Sudáfrica

21.10.2016
© GIC Africa - Walter Lindner

¿Cómo ha cambiado el papel de un embajador en los últimos años?

Al diplomático le cuesta dejar una impresión desenfadada y natural de su persona. Prefiere rodearse de un aura de persona inalcanzable, ilustre e importante, en todo caso no de una persona que conoce muy bien las preocupaciones cotidianas del hombre de a pie. La relación directa con la vida normal no surge espontáneamente, hay que buscarla. Curiosidad, espontaneidad, capacidad de improvisación y espíritu aventurero son buenas guías para encontrar ese camino. No abandonar nunca los círculos diplomáticos, leer discursos estandarizados, repetir frases con modismos, hablar mucho pero no decir nada, ésas no son buenas guías. Lo que mucha gente "normal" espera del diplomático es accesibilidad, humor, receptividad y autenticidad. Me alegro de que aquí hayan cambiado las expectativas del público frente a los representantes de países. Hace tiempo que las convenciones, cócteles, actos protocolares e interminables debates sobre la corrección de la puntuación a puertas cerradas ya no bastan en la era de los medios sociales. Hoy en día son mucho más importantes la simpatía, la franqueza, las relaciones públicas, el diálogo directo con el ciudadano y enfoques innovadores. ¡Mejor así!

 

A usted se le conoce como un "diplomático diferente". ¿Cómo lo deberá recordar a usted Sudáfrica?

En todas mis misiones como embajador - sea en Kenia, Venezuela o Sudáfrica - me ha ganado tarde o temprano la reputación de embajador afable, que no encajaba con el papel al menos tradicional de un diplomático. Por una parte eso es normal en un músico de  formación, de pelo largo y cola de caballo, por otro lado, tiene algo que ver sobre todo con la nueva imagen que he descrito de lo que debe ser un embajador: alguien que se mueve más bien puertas afuera, en barrios marginales o con estudiantes y jóvenes desempleados, que en fiestas de cócteles. Que prefiere el escenario en el que actúan grandes figuras del jazz del país, a escribir documentos para archivos ministeriales de poco calado y que al final nadie leerá. Más bien como invitado de programas de entrevistas en Sudáfrica que como "your excellency" en el capullo del protocolo de Estado. Por supuesto que mucho depende del entorno y de la seguridad que ofrece cada país: muchas actividades que en Kabul y Bagdad son imposibles, forman parte del programa obligatorio en África y América Latina. En Sudáfrica mucho es posible: música, humor, fútbol, nueva comunicación, libertad de expresión, innovación. Desde que llegué aquí soy activo también en Twitter, en canales de Twitter y páginas de Facebook de la Embajada y del German Information Centre de África. Con nuestro proyecto #KhombiSAGermany estamos ahora presentes también en Instagram. Hemos transformado un viejo minibús Volkswagen del año 1971 en un "Deutschlandmobil". Con él viajamos a zonas en las que las embajadas por lo general no entran: el embajador es el taxista que conduce hacia los townships de Mamelodi y Soweto.

 

¿Por qué Alemania y Sudáfrica son importantes mutuamente?

Sudáfrica es nuestro socio estratégico en el continente africano. Los planos de intercambio son numerosos y variados: más de 600 empresas alemanas operan aquí, dando empleo a unas 100.000 personas. Cada año llegan al país cientos de miles de turistas alemanes, y muchos de ellos no por primera vez. También en el plano político el intercambio es estrecho: en noviembre de 2016 se reúne la Comisión Binacional, en la que se acuerdan proyectos concretos de cooperación en ocho comités diferentes. Los temas abarcan desde la ciencia y las energías renovables hasta la política exterior y de seguridad.

Es conocida su especial pasión por África, y ya vive y trabaja en total más de diez años en este continente. ¿Qué elementos hacen de África un continente tan fascinante y atractivo?

Se podrían mencionar muchas razones, pero yo resaltaría una en especial. Como músico profesional y para sibaritas. Incluso como abogado. La aproximación a la población y a los jóvenes es completamente diferente si usted pisa el escenario junto a grandes figuras locales o regionales. En ninguna otra parte se vive la música como en África. La música permite descubrir la verdadera alma del continente y de su gente. Desde hace décadas vengo trabajando también en mi propio estudio de grabación, el que me acompaña a todas partes. Allí han surgido coproducciones con músicos invitados de cada país, por ejemplo Eric Wainaina en Kenia, grandes figuras de la salsa en Caracas o la leyenda del jazz en Sudáfrica Sipho Hotstix. En casi todos los rincones del Planeta es posible encontrar grandiosos talentos, y especialmente muchos aquí en Sudáfrica. Si me hubiera quedado en mis estudios de derecho nunca hubiera conocido esta visión del mundo.

Muchas veces difiere la opinión sobre un país visto de dentro y de fuera. ¿Qué se debería decir de Sudáfrica de acuerdo con su experiencia personal?

En la percepción de los alemanes se subrayan demasiado los problemas del país. Es claro que la pobreza y el crimen existen y que hay que observar ciertas reglas al estar en el país. Pero por otra parte se puede hallar en Sudáfrica todo el mundo en un solo país. La diversidad natural y cultural es enorme. Desde zonas tropicales pasando por montañas y desiertos hasta hermosas playas, se puede encontrar de todo aquí. Los sudafricanos son abiertos, joviales y hospitalarios. Del turismo se benefician aquí muchas personas, que de otra forma casi no tendrían empleo. Le garantizo que le gustará. 

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