Celebración en la provincia
Las grandes celebraciones del Día de la Unidad Alemana no tienen lugar en Berlín, sino cada año en una ciudad diferente. Esta vez le toca a Erfurt. ¿Por qué?
Viene el canciller federal Olaf Scholz y con él la mitad del Gobierno alemán y toda la cúpula gubernamental. A Erfurt. La fiesta nacional alemana es el 3 de octubre. Pero el Día de la Unidad Alemana no se celebra en la capital federal, Berlín, sino en Erfurt, capital del estado federado de Turingia. Se hará con una misa y una ceremonia, ambas retransmitidas por televisión, y se festejará de forma muy amena con un festival folclórico de tres días al que se esperan 120.000 visitantes. Es el 32º aniversario de la unidad alemana: "Creciendo juntos" es el lema de la celebración de este año.
¿Por qué Erfurt? Cada año, uno de los 16 Estados federados de Alemania acoge la celebración de la unificación. Siempre es el Estado federado cuyo primer ministro preside el Bundesrat, la cámara alta a través de la cual los Estados federados tienen voz en la política alemana. Este año es el ministro presidente de Turingia, Bodo Ramelow. Antes de la unificación, este Estado pertenecía a la RDA, es decir, estaba detrás del Muro y no en el Occidente libre.
Punto focal de la cultura alemana
"Turingia aprovecha las celebraciones de la unidad para mostrar con orgullo quiénes somos", señala Ramelow. Define a Turingia como "Estado que apuesta por una especial combinación de cultura e innovación". Algunos de los nombres más significativos de la cultura clásica alemana están asociados a Turingia. Aquí nació el importante compositor Johann Sebastian Bach. Johann Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller, los poetas alemanes más famosos, desarrollaron su obra en Weimar. Y en el castillo de Wartburg - la imagen ideal de un castillo medieval - Martín Lutero tradujo el Nuevo Testamento de la Biblia al alemán, iniciando así la Reforma.
Pero eso es parte del pasado. La división de Alemania después de 1945 afectó mucho más al este que al oeste del país debido a la ocupación soviética. Desde el punto de vista económico, los cinco Estados de Alemania del este, los llamados nuevos Estados federados, no son todavía tan fuertes como los antiguos Estados del oeste. Sin embargo, el alcalde de Erfurt, Andreas Bausewein, afirma: "Debemos estar orgullosos de lo que se ha construido en este país en los últimos 32 años". Erfurt es la mejor prueba de ello. El renovado casco antiguo, con sus pintorescas callejuelas y acogedoras plazas, hace las delicias de muchos visitantes. El Festival de la Unidad también se celebra aquí del 1 al 3 de octubre. Artistas y bandas actúan en 16 escenarios, uno por cada Estado federado. La salchicha y las bolas de patatas, los dos clásicos culinarios de Turingia, no pueden faltar.
Polo económico y "corazón verde"
¿Y qué hay de las innovaciones de las que hablaba Ramelow? Son evidentes, por ejemplo, en el mayor polo industrial del Estado, el "Erfurter Kreuz". El Instituto Fraunhofer investiga aquí en el Battery Innovation and Technology Center BITC (BITC) y Siemens energy construye los más modernos generadores. Lufthansa realiza aquí el mantenimiento de sus motores en un banco de pruebas de alta tecnología. La empresa china CATL está construyendo una planta por valor de 1.800 millones de euros para producir baterías para coches eléctricos. Aparte de la fabricación de vehículos y maquinaria, la óptica y la producción de alimentos, también el turismo desempeña un papel importante para la economía. No es casualidad que Turingia sea llamada el "Corazón Verde de Alemania" por su abundancia de bosques. Durante tres días es el corazón de las celebraciones de la unidad.
