“Damos la paz demasiado por sobreentendido”
Cuatro jóvenes europeos sobre la relación con el pasado.

Cuando cayó el Muro, en 1989, solo tenían algunos meses de edad o no habían nacido. No por eso Anya, Mathilde, Jan y Malte son indiferentes a los sucesos históricos. Por el contrario, ven en ellos enseñanzas para el futuro. En el Parlamento Europeo de los Jóvenes intercambian ideas entre sí y con otros jóvenes europeos. Clara Görtz y Helen Sibum se reunieron con los cuatro en Berlín
DE Magazin: ¿Qué relación personal tienen ustedes con los sucesos que conmemoramos en 2014?
Jan: Para nosotros, los checos, los sucesos más determinantes son la caída del Muro y el fin del régimen comunista en nuestro país. Esa era la conozco, sin embargo, solo de los relatos de mis padres. Yo nací en 1989, el año del colapso del comunismo.
Malte: En Alemania, las dos guerras mundiales son temas importantes. Yo personalmente aprendí mucho sobre la caída del Muro en los últimos años. Nací en una pequeña ciudad en el oeste de Alemania. Cuando fui a estudiar a Berlín encontré seres humanos cuya vida estuvo directamente afectada por la división y que vivieron conscientemente el proceso de reunificación.
Anya: También a mí no me quedó claro sino en Berlín qué importancia tuvo la caída del Muro para Europa. En Ucrania ponemos más el foco en la Segunda Guerra Mundial. Mi abuelo cuenta a menudo de la guerra. Sus hermanos murieron de hambre, su padre huyó a Estados Unidos. Él mismo vivió cosas espantosas. Toda su vida temió que volviera a suceder algo así. Ahora tiene casi 80 años y observa con gran preocupación lo que sucede actualmente en Ucrania.
Mathilde, en Francia la atención está centrada en la Primera Guerra Mundial, ¿o?
Mathilde: Sí, es una tradición. Antes iba todos los años con mis padres al cementerio a honrar a los soldados caídos. Desde hace tiempo me intereso por Alemania y sé que aquí la Segunda Guerra Mundial tiene una gran importancia.
Anya: Eso es algo que aprendí aquí también: cuán fuertemente está relacionado en Alemania el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial con aflicción y espanto. Para los ucranianos, el fin de la guerra es en primer lugar un motivo de celebración. Nosotros ayudamos a liberar a Europa de los nazis.
¿Cuán estable es la paz en Europa? ¿Qué creen ustedes?
Jan: Bastante estable. No temo que se produzca nuevamente un conflicto.
Mathilde: En principio opino lo mismo. Pero depende de cuánta atención le prestemos al recuerdo. Temo que si olvidamos lo sucedido, esas cosas puedan volver a pasar. No siempre aprendemos del pasado.
Malte: Creo que la paz entre los países de la UE es estable. Mucho se puede criticar de la UE, pero la paz está allí y no se discute.
Anya: También en 1913 había paz en Europa. Por suerte, actualmente reina la unidad. La cuestión es: ¿por cuánto tiempo aún? En Ucrania es violado sistemáticamente el derecho internacional.
Malte: ¿Temes tú que pueda haber en Ucrania una gran guerra?
Anya: Sí, me parece posible. En principio ya hay guerra. Muere gente. No es cierto que vivamos en tiempos de paz.
El político europeo Jean-Claude Juncker dice: “Explicarle a los jóvenes que Europa es una máquina de paz ya no convence, porque la mayoría no sabe qué es la guerra”. ¿Damos la paz demasiado por sobreentendido?
Mathilde: Quizás sea cierto para la generación posterior a la caída del Muro. No conocemos la guerra. La situación en Ucrania es para nosotros una conmoción y por eso es tan importante recordar una y otra vez por qué fue creada la Unión Europea.
¿Deberían comprometerse más los jóvenes?
Malte: Sin duda. Antes de las elecciones de 2013 para el Bundestag mucha gente no fue a votar. Y eso que votar es la forma más sencilla de participación. Cuanto más se informa uno y más participa, mayor es la posibilidad de poder impedir situaciones complicadas.
Mucha gente piensa que el Parlamento Europeo no tiene grandes ideas, una visión. ¿Qué opinan ustedes?
Mathilde: Me parece una contradicción que haya gente que diga que la UE no sea democrática y luego no participe en las elecciones. Puedo entender que las elecciones europeas desaten pocas pasiones. Es difícil identificarse con los partidos políticos. Pero hay progresos. La política europea es cada vez más interesante. Este año los partidos presentaron por primera vez cabezas de lista. Quizás eso ayude a desatar debates más intensos.
Malte: La política europea parece seguir orientándose por los países y no por los partidos políticos. La gente no se siente representada por los democristianos o los socialdemócratas, sino por Alemania o Francia. Por eso, sobre todo para los habitantes de los países europeos más pequeños es difícil identificarse con Europa. No obstante, me parece absurdo que en el Parlamento Europeo se unan partidos antieuropeos.
¿Pueden las crisis dividir a Europa?
Jan: Al contrario, unen a Europa. La crisis financiera es la razón de que ahora vayamos en dirección a una más estrecha cooperación. Eso vale particularmente para la República Checa, pero también para otros países.
Malte: En ese punto debo contradecir a Jan. La crisis fue percibida en forma muy diferente en cada uno de los países. En 2012 estudié en Londres y participé en un proyecto junto con muchos otros jóvenes europeos. Sobre todo los españoles y portugueses estaban bastante enojados con el comportamiento de Alemania en la crisis. Los entendía. Eran jóvenes altamente cualificados que, a pesar de sus estudios y sus conocimientos de varios idiomas, no veían perspectiva alguna y cuyos padres acababan de perder el trabajo. La divergencia era clara.
Jan: Veo una más estrecha cooperación sobre todo a nivel de instituciones y legislación. Culturalmente, fueron dañadas relaciones entre países, en eso estoy de acuerdo.
Malte: Pero las relaciones culturales son las más importantes. Son la clave.
Mathilde: Yo espero que Europa se beneficie de la crisis, que aprenda de ella y le sirva para crecer. Hasta ahora, sin embargo, no lo veo.
¿Hasta qué punto se benefician ustedes de la unificación europea?
Mathilde: No es fácil definirlo. Yo nací en 1991, un año antes de la aprobación del Tratado de Maastricht. Para mí la UE siempre existió. Creo, no obstante, que la unificación europea facilita el intercambio entre la gente y, lo decisivo: une a la gente.
Malte: Para mí también, la gente, los contactos son el gran beneficio. Puede irse a la escuela en otro país, estudiarse o trabajar en otro país. Hay muchas posibilidades. Es magnífico.
No obstante, la desocupación es un gran problema en Europa. ¿Están preocupados?
Malte: A mí personalmente no me preocupa, pero conozco otros jóvenes de mi edad que tienen grandes dificultades para hallar un buen trabajo bien pagado. Es un enorme problema. La idea europea debe funcionar igual para todos. Todos deben beneficiarse, ese debe ser el objetivo. Necesitamos urgentemente soluciones para los problemas en el sector educativo y para la desocupación juvenil.
La desocupación es también tema de un “think tank” de la Fundación Schwarzkopf Europa Joven. Allí los jóvenes intercambian ideas entre sí. ¿Qué sucede con esas ideas?
Mathilde: Formulamos un plan estratégico, que enviamos a la Comisión Europea. Algunos europarlamentarios dan su opinión y debaten con nosotros sobre el plan.
¿Tienen la sensación de que existe un verdadero interés en las opiniones de los jóvenes?
Mathilde: Nos reuniremos con el comisario de la UE de Asuntos Sociales e Integración y otros miembros del gabinete. Pienso que es una buena señal.
Malte: Nuestras ideas tendrán efectos también en otro sentido. Nosotros somos quienes en el futuro trabajaremos en organizaciones europeas y en las empresas. Quizás podamos tomar decisiones. Por lo tanto es bueno formarse una opinión lo antes posible y comunicarla.
¿Cómo se ve la Europa del futuro, en la que quieren vivir?
Malte: Debería haber más igualdad y equilibrio. Europa no se une automáticamente. Eso es muy claro especialmente en relación con los países del sur. Desde la caída del Muro han pasado 25 años, pero ni siquiera en el este y el oeste de Alemania reinan las mismas condiciones de vida.
Mathilde: Deseo que los ciudadanos desarrollen una más fuerte relación con Europa. Espero que en el futuro podamos crear una identidad europea común.
Jan: Una mayor conciencia de Europa y un más fuerte sentimiento europeo serían de desear. Y una más estrecha unión entre los diversos países europeos.
Anya: Sería bueno que Europa fuera más integradora y menos escéptica en relación con países que quieren ser miembros, como Ucrania.
MALTE ROSSKOPF
25 años, Alemania
Estudiante de derecho. Vive en Berlín. Ve en el compromiso de los jóvenes una oportunidad esencial para evitar situaciones difíciles
ANYA SUPRUNENKO
24 años, Ucrania
Trabaja en asesoramiento político. Durante sus estudios fue presidenta del Parlamento Europeo de los Jóvenes en Ucrania
MATHILDE PASCAL
22 años, Francia
Realizó estudios de máster germano-francés en la Universidad de Constancia y la Science Po Grenoble en “Public Administration and European Governance”
JAN MAREŠ
25 años, Rep. Checa
Estudiante de economía, concluirá próximamente sus estudios. Aboga por una mayor solidaridad entre los países de la UE