Un hombre para las tareas difíciles

Martin Kobler es uno de los más experimentados diplomáticos alemanes en las Naciones Unidas. A comienzos de noviembre de 2015, Ban Ki-moon, el secretario general de la ONU, lo nombró Representante Especial para Libia. Su tarea allí es hacer que las partes en conflicto en la “era Gadafi” den el próximo paso hacia la paz. Su predecesor, el español Bernardino León, llevó a las partes a la mesa de negociaciones. De Kobler se espera la culminación de la tarea: la formación de un Gobierno de unidad. “Una tarea difícil en un momento crítico”, dijo Frank-Walter Steinmeier, el ministro alemán de RR. EE., con ocasión del nombramiento de Kobler. Pero misiones difíciles no son nada nuevo para Kobler. Luego de sus estudios de derecho y una carrera diplomática clásica, Kobler, 62, trabaja desde 2010 en misiones internacionales: los últimos dos años estuvo en el Congo, como jefe de la misión de estabilización de la ONU allí. Anteriormente fue Representante Especial de la ONU en Irak y desempeñó funciones para la ONU en Afganistán.

En el Congo, Kobler se ganó fama de gestor de crisis. Cuando asumió el cargo, en 2013, sanguinarias milicias inestabilizaban grandes partes del país. La mayor misión de cascos azules de la ONU parecía estar a punto de fracasar. Pero entonces el Consejo de Seguridad aprobó el envío de un contingente de intervención de 3000 efectivos. Martin Kobler, que se define como pacifista, no dudó en emplearlos: hizo bombardear posiciones de los rebeldes en el este del país, ­logrando así importantes avances militares. A más tardar desde entonces está considerado un hombre para las “tareas hercúleas”. Libia es un país decisivo en el rompecabezas políticos de Oriente Próximo, porque, además de otras muchas cosas, es uno de los más importantes países de tránsito de refugiados. Por eso no solo las esperanzas de la ONU están depositadas en Martin Kobler. ▪

MARTIN KOBLER

Representante Especial y jefe de la Misión de Apoyo de la ONU en Libia