“Por qué trabajo por la justicia”
Con el personal de mantenimiento de la paz vuelve la esperanza: cómo la alemana Cornelia Schneider ayuda a personas a defender sus derechos en zonas de conflicto.
La abogada Cornelia Schneider presta asistencia desde hace más de diez años en regiones en crisis y pertenece al grupo de 1.500 civiles del Centro de Misiones Internacionales de Paz (ZIF). En 2009 estuvo en Afganistán, en el marco de EUPOL, la misión policial de la UE en ese país. En 2012 trabajó en el Congo. Ahora pasa a la misión de paz de las Naciones Unidas (ONU) en Kosovo.
Sra. Schneider, ¿por qué integra el ZIF?, ¿hay un hecho clave?
Luego de mis estudios trabajé como abogada en un gran estudio jurídico con oficinas en Londres y París. El trabajo era muy exigente intelectualmente, pero no me satisfacía moralmente. Durante la lectura de un contrato particularmente largo comencé a cuestionarme mi carrera profesional. Siempre quise trabajar en el área humanitaria. Simultáneamente, me gusta conocer otros países, culturas, idiomas y costumbres.
¿Cuáles son sus tareas?
Trabajé a menudo en el área del Estado de derecho y la creación de instituciones. El objetivo es reconstruir el aparato administrativo y, particularmente, el sistema judicial de un país. En Afganistán trabajé en el Código de Procesamiento Penal del país y en un plan de entrenamiento para abogados y la policía. En el Congo fui responsable de la lucha contra la violencia sexual relacionada con conflictos . Y en el Kosovo cooperé en medidas generadoras de confianza, que tenían el objetivo de reconciliar a grupo étnicos enemistados.
¿Cómo puede limitarse la violencia sexual en zonas de conflictos?
La gama de violencia sexual va desde violencia doméstica hasta abusos sexuales instrumentalizados por las partes en conflicto. No obstante, existe toda una serie de medidas para combatir esos fenómenos: crear una sólida base legal para perseguir abusos sexuales, entrenar a la policía, los fiscales y los jueces para que estén en condiciones de implementar las leyes y, a nivel político, insistir en que esos delitos sean realmente perseguidos. Las víctimas deben conocer sus derechos y ser acompañadas en los procedimientos legales. En regiones en las que diariamente ocurren violaciones, patrullas de grupos de paz o seguridad pueden contribuir a proteger a la población civil. Al fin y al cabo, el objetivo es generar un cambio de mentalidad.
¿Qué experiencia la emocionó especialmente?
Nunca me olvidaré del silencioso apretón de manos de una mujer durante un juicio apoyado por la UNO, en el que fue condenado el violador de su hija.
Entrevista: Tanja Zech