“El acuerdo no puede ser simplemente anulado”
Kai Ambos, experto alemán en derecho penal, asesora al Tribunal Especial para la Paz en Colombia. Pero el proceso de paz está amenazado.
Profesor Ambos, en la elecciones presidenciales de junio de 2018 en Colombia triunfó Iván Duque, el candidato del partido de derecha Centro Democrático. Duque critica el acuerdo con las FARC y lo quiere modificar en relevantes puntos. ¿Es el proceso de paz realmente irreversible, como ha dicho Juan Manuel Santos, premio Nobel de la Paz, antecesor de Duque?
El acuerdo con las FARC es vinculante desde el punto de vista del derecho internacional y no puede ser simplemente anulado. La Corte Constitucional de Colombia ha fallado que los contenidos del acuerdo serán de cumplimiento obligatorio durante tres periodos legislativos. El nuevo Gobierno debe aceptar esa obligación. No obstante, nosotros, como observadores, estamos algo preocupados. Porque, naturalmente, el nuevo Gobierno puede impedir la implementación del acuerdo a nivel de leyes o del presupuesto. Podría, por ejemplo, bloquear o reducir el presupuesto del Tribunal Especial.
Usted fue elegido a fines de 2017 como asesor de ese Tribunal Especial. ¿Cuál es exactamente su tarea y hasta qué punto se ve afectada por la nueva situación política?
Originalmente estaba planeado crear en el Tribunal Especial paneles mixtos, como se los conoce de tribunales en otros procesos de transición, por ejemplo, en Camboya. Cada cámara estaría compuesta por tres jueces: dos colombianos y un representante extranjero. Justamente ese fue uno de los puntos de crítica de la oposición, encabezada por el expresidente Álvaro Uribe y ahora por el nuevo presidente, Iván Duque. La oposición dice que nunca se va a aceptar que actúen jueces extranjeros. El compromiso fue entonces la figura del “amicus curiae”.
¿Cuál es la idea?
En principio, el amicus participa en las deliberaciones del Tribunal, pero no tiene voto. Conocemos esa figura, por ejemplo, de la Corte Internacional de Justicia, en la que el amicus elabora informes periciales a pedido de la Corte. En Alemania se lo podría comparar con un perito judicial.
¿Cuántos amici habrá en el Tribunal Especial colombiano?
En total, diez, de los cuales cuatro están adscritos al tribunal en el que yo desarrollo actividades. Además de mí, solo hay dos amici que no son de lengua materna castellana, un suizo y una estadounidense. Aún no está claro ni si actuaremos ni en qué marco. En todo caso, sucederá a solicitud de un juez. Es decir, que nuestra actividad depende completamente de los jueces.
Usted está comprometido de diversas formas con Colombia. Entre otras cosas, su Centro de Investigación sobre Derecho Penal y Derecho Procesal Penal Latinoamericano es una de las instituciones socias del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ), fundado en 2017. ¿Cómo se desarrolla CAPAZ?
Su desarrollo me parece muy positivo: acabamos de nombrar un director, Stefan Peters, sociólogo y profesor de Investigaciones sobre la Paz. El instituto ya es bastante conocido en Colombia y está bien interconectado. En ello desempeña un papel, naturalmente, que Alemania goza de gran prestigio en Colombia.
Alemania siempre apoyó el proceso de paz. Ahora que el panorama político ha cambiado: ¿podrá hacerse oír Alemania también en el futuro?
Habrá que ver. Naturalmente, existe el temor de que el nuevo Gobierno, de orientación más nacionalista, frene también a los países contribuyentes, entre ellos, Alemania. Alemania ha defendido extremadamente el acuerdo de paz y participa, por ejemplo, en las negociaciones con el ELN, la organización guerrillera más pequeña, si bien actualmente las conversaciones están suspendidas. Además, existen muchos proyectos bilaterales, que el Gobierno también puede bloquear. No obstante, creo que aún ejercemos influencia, sencillamente porque Alemania es un importante socio económico. La cuestión es ahora: ¿hasta qué punto podrá emanciparse Duque, que, en el contexto colombiano, bien puede ser descrito como un político liberal, de su mentor político, Uribe?
Visto desde afuera, pareciera que Colombia es un país muy dividido políticamente. ¿Es así?
A nivel institucional, en realidad, no. Tanto los militares como las FARC apoyan el proceso de paz y están dispuestos a someterse a la Jurisdicción Especial para la Paz. La división se da, más bien, a nivel político y social. Una parte de la población acepta el relato del nuevo Gobierno. Hay mucha manipulación. Además, se mezclan deliberadamente temas. Esa propaganda tiene, lamentablemente, efectos, pues casi nadie ha leído efectivamente las 300 páginas del acuerdo de paz.
Kai Ambos es catedrático de Derecho Penal, Derecho Procesal Penal, Derecho Comparado y Derecho Penal Internacional en la Universidad de Gotinga. Su foco de trabajo se halla en América Latina, España, Portugal y el este de Europa. Ambos integra como juez el Tribunal Especial para Kosovo y fue elegido en 2017 asesor (“amicus curiae”) de la Jurisdicción Especial para la Paz en Colombia.
Entrevist : Helen Sibum