Sin fronteras
Tres ejemplos de exitosa cooperación germano-francesa.
Alemania. Hace 56 años, el 22 de enero de 1963, fue firmado el Tratado del Elíseo. Ese tratado de amistad germano-francesa dio fin a una larga era de conflictos y guerras entre ambos países. Hoy, la cooperación germano-francesa es sumamente exitosa, a alto nivel político, pero también en pequeño.
Bachillerato comercial
Una formación profesional sin fronteras posibilitan los Colegios Profesionales Kehl. Junto con el Liceo Jean-Frédéric Oberlin, en Estrasburgo, ofrecen cursos para obtener un bachillerato comercial germano-francés. Los jóvenes son preparados específicamente para las relaciones comerciales con socios y clientes de uno y otro país. Quienes aprueban exitosamente los exámenes reciben dos diplomas: el “BAC Professionnel Commerce” francés y el “Kaufmannsbrief” de la Cámara Alemana de Industria y Comercio. El currículo incluye, además de seminarios interculturales y cursos de francés y alemán, también deporte y teatro.
Intercambio y sostenibilidad
Cuando a Christina se le pregunta por la primera lección de su estadía en Francia, responde: “¡No salir nunca de una tienda sin desear '¡bonne journée'!” Christina realiza hasta septiembre de 2018 un Año Ecológico Voluntario Germano-Francés en Montpellier, sur de Francia. Allí puede combinar su interés por la naturaleza y la sostenibilidad con su apego a la cultura francesa. Christina y otros jóvenes experimentan cómo funcionan la protección ambiental y de la naturaleza, la agricultura ecológica y la pedagogía ambiental en Francia, mejora sus conocimientos de francés y entabla contactos con franceses.
Cooperaciones que inspiran
El Programa “Perspectiva” interconecta en red a artistas y arquitectos franceses. Así surgen acciones y exposiciones conjuntas. Las cooperaciones son financiadas por el Instituto Francés, el Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia y el Goethe-Institut. Desde el comienzo del programa, en 2015, fueron apoyados ya 17 proyectos. Uno de ellos es “Form follows Aktion”: arquitectos alemanes y franceses, entre ellos el colectivo de arquitectura “Raumlabor”, organizan debates sobre el futuro de las ciudades. El proceso culminará con un festival arquitectónico experimental en Berlín.