La Unidad de Alemania en clave personal
Abren visiones personales sobre la reunificación: las embajadoras y los embajadores de la Unidad
La Unidad Alemana se consumó hace 31 años. Pero igual todavía hay diferencias entre el este y el oeste del país en muchos ámbitos de la vida. El proyecto Embajadoras y Embajadores de la Unidad trabaja para contrarrestar esas diferencias: cada estado federado ha designado dos embajadores de la unidad. Su visión personal del tema abre nuevos enfoques.
Falk Schuster (40) es uno de los 32 mediadores. El productor de cine nació en Sajonia, pero vive en Halle an der Saale, en Sajonia-Anhalt. “Pude aprovechar numerosas oportunidades gracias a la unificación. Poder estudiar probablemente no habría sido posible sin la reunificación”. Sin embargo, agrega: “La unificación aún no está completa”. Lo importante, dice, es la igualdad de oportunidades y la representación del este del país en la vida cotidiana.
Los relatos de los testigos contemporáneos de la reunificación han impresionado a Serdar Ugurlu (18). “Todavía hay barreras invisibles”, dice, sin embargo, Ugurlu, que nació en Bremerhaven. Ugurlu acaba de terminar el bachillerato y se alegra de representar a la joven generación como embajador de la unificación.
“Los jóvenes de hoy convivimos con muchas culturas y opiniones diferentes”, dice Ugurlu. Para él, las relaciones con los demás son un proceso de aprendizaje continuo. “Solo si nos unimos podremos superar los prejuicios”.
Jasmin Culmbach (26) se aproximó al tema de la reunificación sobre todo en la escuela. La joven procede de Baden-Wurtemberg, estudia ahora en Ilmenau y se imagina viviendo en Turingia después de graduarse, con su novio, al que conoció allí. “Sin la unidad, nada de eso existiría para mí”.
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