Proteger y defender la democracia
La educación puede convertirse en un "cambiador de juego" en tiempos de crisis. La rectora de la Universidad Libre de Ucrania, Maria Pryshlak, explica por qué.
La Universidad Libre de Ucrania (UFU) existe desde hace más de 100 años. En Múnich tiene su sede desde 1945. Su rectora, la profesora Maria Pryshlak, explica cómo afronta la UFU la guerra en Ucrania y por qué la educación es tan valiosa, especialmente en estos tiempos.
¿Cómo afecta la guerra en Ucrania a la universidad?
La guerra ha destruido toda apariencia de normalidad en la UFU. La rutina habitual de la vida universitaria ya estaba alterada por la pandemia, pero la guerra ha paralizado la vida universitaria. Nuestro semestre de invierno se vio interrumpido porque nuestros profesores y estudiantes en Ucrania se hallaban gran parte del día en refugios antibombas. Varios de ellos se presentaron inmediatamente a las unidades de Defensa Territorial. Algunos de nuestros estudiantes en Múnich volvieron a Ucrania para alistarse en las fuerzas armadas. La administración inició inmediatamente la difícil evacuación de estudiantes y profesores, al menos los que podían salir del país. En otros casos, intentamos evacuar a sus familias.
¿Cómo ayuda la UFU a los refugiados ucranianos?
Nuestra universidad apoya el proceso de integración y proporciona la información necesaria para realizar trámites antes las agencias de asistencia social y empleo. Hemos puesto en marcha un programa educativo y psicológico para ayudar a las madres y los niños a superar el trauma de la huida. También hemos abierto un centro de asistencia para ofrecer a los refugiados información jurídica y asesoramiento y apoyo psicológico, social y laboral.
¿Y cómo puede ayudar la UFU a sus estudiantes y personal docente?
La administración asumió tareas de asistencia a los refugiados y ayuda humanitaria para Ucrania. Por ejemplo, organizó ambulancias, medicamentos, alimentos y ropa. Durante meses, no nos ocupamos de cuestiones educativas, sino de la ayuda humanitaria. En la actualidad, la universidad trabaja en dos ámbitos: por un lado, en la ayuda a los refugiados y a Ucrania, y por otro, en la docencia. La universidad proporciona a nuestros estudiantes y profesores, que llegaron a Múnich con pocas pertenencias, la ropa y los ordenadores necesarios para que puedan trabajar con éxito académicamente.
Pero eso es solo una parte de la ayuda. Apoyamos a nuestros estudiantes en la búsqueda de alojamiento, ofrecemos becas, cursos de alemán, orientación laboral y apoyo psicológico para personas traumatizadas.
La idea de la UFU es ofrecer a los estudiantes la oportunidad de estudiar "sobre la base de los valores occidentales". ¿Qué papel desempeña esta idea en tiempos como estos?
Si por "valores occidentales" entendemos la libertad, la justicia, los derechos humanos, la responsabilidad cívica -todos ellos fundamentos de la democracia-, entonces la promoción de los valores occidentales es inmensamente importante hoy, como lo será en el futuro. La educación es una forma de permitir que ciudadanos informados y comprometidos defiendan y protejan la democracia.
Los estudiantes son los mejores guardianes y defensores de la democracia.
La guerra entre Ucrania y Rusia es una guerra entre la libertad, los derechos humanos y la democracia, por un lado, y el imperialismo ruso, la autocracia, el desprecio por la libertad, los derechos humanos y la soberanía de las naciones, por otro. Está bien documentado cómo el Gobierno ruso intenta sembrar la división social en Europa a través de la desinformación, apoya a grupos extremistas para agudizar disputas, sembrar la discordia y el descontento.
¿Puede la educación contrarrestar esa desinformación?
Sí, educando a las personas para que desarrollen un espíritu crítico, que piensen de forma independiente y tengan sentido del deber y la responsabilidad cívica. Entonces, la gente no se deja engañar tan fácilmente por la desinformación, ni desarrolla una "mentalidad de rebaño", ni escucha eslóganes vacíos o falsos. Las personas con ese tipo de formación son los mejores guardianes y defensores de la democracia, ya que vigilan todos los intentos de socavar los valores democráticos, protegiendo así nuestras preciosas libertades.
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