Diez años de ideas con futuro
El Centro Alemán de Ciencia e Innovación de São Paulo celebra su décimo aniversario y la cooperación germano-brasileña.
El primero y hasta ahora único Centro Alemán de Ciencia e Innovación (DWIH) en el hemisferio sur se halla en São Paulo, Brasil. Este año celebra su décimo aniversario. Desde 2012, el DWIH São Paulo, gestionado por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) y financiado por el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania, promueve encuentros e intercambios entre instituciones científicas de Alemania y Brasil. También presenta a Alemania como “país de las ideas”, como lo hacen también los otros seis DWIH, ubicados, entre otros lugares, en Nueva York, Nueva Delhi y Tokio.
Un centro para muchos socios
En 2022, diez años después de la fundación del DWIH São Paulo, trabajan en el centro cuatro empleados fijos en oficinas de 345 metros cuadrados, además de personal de proyectos y pasantías. Además del DWIH, en el centro tienen oficinas asimismo organizaciones asociadas, seis de un total de 27 en total. La primera en abrir una oficina fue la Universidad Libre de Berlín, en 2012; la más reciente, el año pasado, la Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ), que se convirtió en socio del DWIH en 2021 y cuenta con una sólida red en Brasil. La GIZ y el DWIH São Paulo organizaron conjuntamente ya al comienzo de su nueva asociación seminarios web sobre la descarbonización en el sector de la aviación, con el objetivo de difundir en Brasil los conocimientos sobre innovaciones que tienen lugar actualmente en esa área.
Científicos y científicas de Alemania viajan al DWIH São Paulo para establecer contactos con colegas o empresas brasileñas o para desarrollar nuevos proyectos de cooperación. “Especialmente en América Latina, los contactos personales son esenciales para generar confianza”, explica el director del DWIH, Jochen Hellmann, responsable de la planificación estratégica del centro. “Los diálogos digitales pueden complementar esos contactos, pero no sustituirlos. Recientemente, en Brasil tuvimos que hacer frente simultáneamente a la pandemia y a una crisis política y económica, por lo que actualmente resulta aún más necesario volver a poner en marcha poco a poco los eventos presenciales”.
“Estar sobre el terreno marca la diferencia, porque ayuda a crear relaciones de confianza, facilita contactos en ambas direcciones y hace avanzar las interconexiones dentro del propio sistema de investigación alemán de forma no burocrática”, dice Christina Peters, jefa de la oficina para América Latina de la Fundación Alemana para la Investigación Científica (DFG), otra organización asociada al DWIH. La presencia en la mayor metrópoli de Brasil es todo un éxito: el número de colaboraciones universitarias entre ambos países casi se ha duplicado desde la creación del DWIH, al igual que el número de publicaciones científicas conjuntas. “El DWIH ha ganado enormemente en importancia y representatividad. No solo se han ampliado nuestras actividades, sino que también recibimos constantemente nuevas solicitudes del exterior: consultas individuales de investigadores, de empresas y de organizaciones de eventos. Cumplir con todos ellos es actualmente el mayor reto en el día a día de la oficina”, explica Marcio Weichert, coordinador del centro desde 2012.
El DWIH selecciona al Inventor del Año
El DWIH organiza desde 2013 el Falling Walls Labs brasileño: un concurso que da visibilidad mundial a las ideas de jóvenes investigadores e investigadoras. En 2020 fue elegido Inventor del Año un joven ingeniero del norte del Brasil: Jonas Cunha da Silva. Da Silva desarrolló un plástico líquido biológico a partir de cáscaras de fruta. Aplicado a frutas y hortalizas, el material, invisible a simple vista, aumenta considerablemente la fecha de caducidad de los productos. El DWIH pagará al brasileño un vuelo a Berlín para participar en la final mundial. Ya solo el hecho de participar en la final aumenta enormemente las posibilidades de que se financien las ideas de los jóvenes investigadores.
En 2016, el primer premio fue para José Augusto Stuchi, que desarrolló un dispositivo de pruebas de visión portátil: el “Retinógrafo portátil”. Con el apoyo de Fapesp, la institución brasileña de financiación de la ciencia, la empresa Samsung y otros patrocinadores, su start-up “Phelcom technologies” pudo lanzar el dispositivo en el mercado brasileño en abril de 2019. El “Phelcom Eyer”, que se conecta al smartphone, se utiliza desde entonces para realizar decenas de miles de exámenes oculares, que pueden evaluarse a distancia.
“Es una gran satisfacción poder contribuir con el desarrollo científico e invenciones sociales y tecnológicas a un mundo más sostenible desde el punto de vista ecológico, económico y social”, dice Marcio Weichert. Jochen Hellmann, el director, espera que en el futuro cada vez más empresas alemanas del sector de la investigación busquen socios en Brasil: “El país es infinitamente interesante para la investigación, pensando, por ejemplo, en la energía solar. En definitiva, América Latina sigue estando demasiado poco en el punto de mira del interés de Alemania y Europa. Cambiar eso es un tema central para mí”.