Green IT Cube es sinónimo de investigación cooperativa
El “Ecosistema de IA de Darmstadt”: aquí colaboran estrechamente la empresa y la ciencia.
La Universidad Politécnica de Darmstadt es líder en la investigación alemana sobre IA e inteligencia de máquinas, como por ejemplo, el desarrollo de robots de salvamento. La universidad es el corazón de una red de IA denominada “Ecosistema de IA de Darmstadt”, en honor a la ciudad situada al sur de Fráncfort.
¿Por qué se considera a Darmstadt un epicentro de la investigación en IA?
Además de la Universidad Politécnica, Darmstadt también alberga el Centro para la Inteligencia Artificial de Hesse/ hessian.AI, que reúne a 13 universidades y escuelas superiores. Allí también se encuentra el laboratorio del Centro Alemán de Investigación sobre Inteligencia Artificial (DFKI), donde se llevan a cabo investigaciones avanzadas desde hace un año. El estado federado de Hesse financia el establecimiento del laboratorio DFKI con seis millones de euros. El instituto de investigación “Centro para la Digitalización Responsable” (ZEVEDI) también tiene su sede en la ciudad.
¿Cuál es la función del Green IT Cube?
El Green IT Cube es un enorme centro de cálculo que ocupa seis plantas del Centro Helmholtz para la Investigación de Iones Pesados (GSI) de la Asociación Helmholtz. El centro de cálculo refrigerado por agua recibió el sello medioambiental alemán “Blauer Engel” (Ángel Azul) por su sostenibilidad, y es uno de los 300 ordenadores más rápidos del mundo. La tercera planta del centro de cálculo, con una superficie de 400 metros cuadrados, ha sido alquilada recientemente por el laboratorio de innovación en IA de hessian.AI de la Asociación Helmholtz. Aquí, se han instalado 79 nodos informáticos con 632 procesadores gráficos y un petabyte (1024 terabytes) de memoria en un superordenador de doce toneladas. Esta potencia de cálculo podrá ser utilizada en el futuro por empresas e instituciones de investigación que, de otro modo, no tendrían acceso a una potencia de cálculo tan exorbitante.
¿Quién quiere usar el Cube?
Poco después de su lanzamiento, ya hay interesados haciendo cola. Por ejemplo, la start-up Wingcopter, conocida internacionalmente, cuyos drones transportaron pruebas y vacunas a zonas remotas durante la pandemia del Covid en África. Precisa de la potencia de cálculo para entrenar una IA que permita a los drones decidir por sí mismos los lugares de aterrizaje seguros. O la empresa Döhler, cuyos programas desarrollan nuevos aditivos a partir de las posibles combinaciones de 8.000 ingredientes para mejorar el sabor de alimentos como la leche de avena. O Proteineer GmbH, cuyos algoritmos de IA procesan enormes volúmenes de datos para desarrollar nuevas enzimas, que a su vez se emplean para elaborar fármacos de forma energéticamente eficiente.
