El Año Científico Voluntario
En el Año Científico Voluntario, una nueva variante del Servicio Voluntario en Alemania, los bachilleres adquieren experiencia en el área científica ya antes de comenzar sus estudios.
Práctica en lugar de teoría, trabajar junto con investigadores, tener acceso a lugares en los que de otra forma nunca se habría entrado… y en los que suceden cosas emocionantes. Todo eso ofrece un Año Científico Voluntario (FWJ) en Alemania, una nueva alternativa al Año Social Voluntario y el Año Ecológico Voluntario. El objetivo es que los jóvenes se entusiasmen por la ciencia. La Universidad Médica de Hannover (MHH) y algunos institutos socios lanzaron el primer proyecto de modelo alemán de FWJ en 2011. Desde entonces acompañan a casi 60 bachilleres durante un año en proyectos de investigación en las áreas de la biomedicina, la química, la física o la ingeniería. Los bachilleres experimentan la ciencia en vivo: qué hacen exactamente los investigadores, cómo trabajan y cómo se organizan. Se trata, por ejemplo, de vacunas, células madre, terapias génicas, física cuántica e investigación de los rayos láser.
Acceso a lugares y temas con los que normalmente no se tiene contacto
Tim Holler hizo después del bachillerato un FWJ, investigando durante doce meses en un laboratorio en relación con una enfermedad cardiovascular hereditaria. Holler se alegró de no haber comenzado de inmediato con sus estudios luego del estrés de los exámenes, sino de haberse decidido por un FWJ. No muchos jóvenes menores de 20 pueden decir de sí mismos que han trabajado en relación con esos temas en un entorno internacional. Holler y sus colegas de FWJ echan un valioso vistazo a una posible futura área profesional ya antes de comenzar sus estudios. Además realizan un trabajo honorario, del cual se benefician tanto la ciencia como la sociedad y ellos mismos.
Futuros estudiantes de medicina aprovechan además el FWJ como puente durante el tiempo de espera para obtener una plaza de estudio. Los bachilleres trabajan 38,5 horas por semana y reciben un reembolso de gastos de 400 euros por mes. En la MHH, las experiencias con el FWJ son buenas: para las algo menos de 60 plazas se presentan por año más de 200 jóvenes. Tim Holler aprovechó el año para reflexionar acerca de qué dirección tomará su vida profesional y privada luego del bachillerato. Sobre algo, sin embargo, ya tiene certeza: quiere seguir trabajando en el área científica. .