Arte y cocina
La brasileña Tainá Guedes hace arte contra el desperdicio de alimentos en su "Entretempo Kitchen Gallery" en Berlín.
Sra. Guedes, usted nació en 1978 en Brasil como hija de un artista brasileño y una madre japonesa. Cuando usted piensa en su infancia, ¿qué sabor es el que más recuerda?
Recuerdo las cremas para untar que mi padre hacía a partir de cereales. En esa época él empezó a alimentarse según una dieta macrobiótica. Yo quería probar todo lo que cocinaba, pero al principio el sabor me parecía amargo. Pero en general ya desde temprana edad me interesé por la cocina. Horneaba pasteles de arena y me los comía. A mi madre eso no le hacía mucha gracia.
Como artista y cocinera lucha usted desde hace años contra el derroche de alimentos, la cría masiva de ganado y los malos ingredientes. ¿Qué hace usted cuando su hijo de siete años prefiere comer patatas fritas y hamburguesas en lugar de vegetales orgánicos?
Mi consejo más importante es: ¡Haz que los niños cocinen! Los niños tienen una actitud relajada frente a alimentos. Les gusta mezclar y experimentar. ¿Por qué las fresas son solo para el postre? Cuando mi hijo está cocinando, quedo sorprendida de lo que es capaz de crear. Y un consejo más: si quiere que sus niños coman verduras, no lo intente siempre con las mismas recetas. Mi hijo come todo tipo de verduras, siempre que las cocine dentro de un sukiyaki, un guiso japonés.
"No derrochar"
Usted trabajó de joven en Sao Paulo en un restaurante y más tarde se formó como cocinera. ¿Cuándo se convirtió en activista?
Yo dejé el restaurante cuando decidí hacerme vegetariana. Fue en un momento en que cada vez más veía las injusticias a mi alrededor. Me sentía impotente cuando veía a gente en la calle muriendo de hambre. ¿Por qué algunos tienen tanto y otros tan poco? La comida es algo que tiene que ver con todos nuestros problemas actuales. Con pobreza, cambio climático, contaminación ambiental y enfermedades. Yo quería participar activamente. Esto también tiene que ver con mi madre. Ella era socialmente comprometida, ayudaba a las familias más pobres en nuestro entorno, nos enviaba a jugar a las favelas. Eso amplió mi horizonte de miras. Entonces comencé a ocuparme más intensamente de la cocina japonesa.
Su libro actual "Die Küche der Achtsamkeit" (la cocina de la atención) trata de ello. ¿Qué respuestas encontró en Japón a sus cuestiones críticas sociales?
Fui a Japón para investigar. Y lo que encontré fue Mottainai, que significa "nunca derrochar aquello que es valioso". Es algo que viene de budismo.
Desde 2006 vive en Alemania. ¿Por qué colgaban panes del techo en una de sus instalaciones de arte?
Una de las primeras cosas que percibí al llegar a Alemania fue el maravilloso pan. ¡Tantas variedades! Entonces me di cuenta de que los alemanes siempre quieren tener suficiente pan en casa y por eso desechan mucho pan. En 2011 hice esa instalación. En ese entonces eran seis kilos por persona y por año lo que se desechaba. Hoy en día ya son 9,5 kilos. Y eso pese a que son muchos los esfuerzos para contener ese derroche. En Berlín, existe un amplio movimiento pero que aún no es tan efectivo como debiera ser.
"El arte despierta sentimientos"
Usted organiza periódicamente exposiciones y eventos, que tienen siempre un mensaje político. ¿Puede el arte ayudar a influir en la gente?
El arte tiene el poder de despertar emociones. El arte nos conduce a una comprensión más profunda de la realidad. Tenemos que entender por fin que la comida barata y de baja calidad terminará saliendo cara en el futuro. Trato de llegar a niños y adultos, con talleres, exposiciones y libros. Algunos son receptivos a los argumentos, otros necesitan una asociación emocional.
Cocinar siempre con extrema atención y comer siempre sano, es algo que suena tedioso. Un cocina que requiere mucho tiempo de preparación y largas listas de compras. ¿Cómo responde a estas objeciones?
La industria alimentaria nos quiere hacer creer que la buena comida es cara y compleja. Pero se puede preparar en solo diez minutos un estofado de verduras rico en proteínas, vitaminas e hidratos de carbono. Calentar una pizza congelada, que es mucho menos saludable, toma más tiempo.
Usted escribió una vez que la comida no solo nos alimenta físicamente, sino también nuestras almas. ¿A qué se refiere?
Me gusta la palabra alemana para alimento: "Lebensmittel". "Medio de vida" significa mucho. Sin comida no hay vida. La comida es todo: política, economía, ecología, biología, salud. Es también interacción social y relaciones emocionales, amor y familia. Y todos los días podemos elegir los alimentos que queremos.