Ciudades que deberías visitar
Fuera de los grandes circuitos turísticos hay diez ciudades alemanas muy interesantes.
Alemania. Claro, Berlín es un imán de turistas de todo el mundo. Pero, además de la capital de Alemania y las diez “ciudades mágicas” –Düsseldorf, Dresde, Fráncfort del Meno, Hamburgo, Hannover, Colonia, Leipzig, Múnich, Núremberg y Stuttgart– hay muchas otras ciudades alemanas que vale la pena visitar. La redacción de deutschland.de realizó una selección para ti:
Bacharach es una localidad hermosamente situada en el paisaje cultural del Valle del Rin Medio, con sus numerosos castillos. ¿Qué tal una cata de vino y un paseo en barco por el Rin, pasando junto al famoso risco de Lorelei?
Essen, en el corazón de la Cuenca del Ruhr, recibe su encanto de la combinación de industria, arte y naturaleza. Marcada antes por la industria pesada, Essen fue en 2017 la “Capital Verde Europea”. Los antiguos edificios industriales fueron transformados en centros culturales: un modelo de lograda transformación estructural.
Garmisch-Partenkirchen, el paraíso alemán de deportes de invierno en el sur de Baviera, ofrece elegancia urbana en el barrio de Garmisch y encanto alpino en Partenkirchen. Es el mejor punto de partida para un viaje en telecabina a la montaña más alta de Alemania: el monte Zugspitze.
Görlitz fue elegida en 2017 “mejor ciudad para rodar filmes” en Europa. El encantador casco antiguo sirve a menudo de escenario para filmes de Hollywood. Un puente sobre el río Neisse une Görlitz con Zgorzelec, en Polonia, formando una ciudad doble germano-polaca.
Heidelberg es famosa en todo el mundo como romántica ciudad a orillas del Neckar. Pero también es un centro de la filosofía, la ciencia y la medicina, con la universidad más antigua de Alemania y su famosa clínica universitaria.
Lindau es una de las más encantadoras ciudades a orillas del Lago de Constanza. Su casco urbano antiguo, con sus edificios protegidos como monumentos históricos, se halla en una isla. Desde el faro se tiene un grandioso panorama del Lago de Constanza y los Alpes.
Quedlinburg invita a un viaje al Medioevo: en un laberinto de estrechas callejuelas se alinean más de 2.000 casas con paredes de entramado. La pequeña ciudad, de más de mil años de antigüedad, ubicada en medio del macizo de Harz, se halla en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Ratisbona impresiona al visitante con un magnífico panorama histórico a orillas del Danubio. En el casco urbano antiguo, que también se halla en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, hay mil monumentos históricos para descubrir. Simultáneamente, es una moderna ciudad universitaria, con el mayor estadio de béisbol de Alemania.
Sellin es una de las tradicionales localidades junto al mar en Rügen, la mayor de las islas alemanas. El lugar emblemático de Sellin es su muelle, de 394 metros de largo. El muelle, que termina en un conjunto de edificios históricos, invita a pasear. En la playa del Báltico pueden encontrarse conchas de mejillones y ámbar.
Weimar combina el clasicismo y la modernidad: aquí vivieron Goethe, Schiller, Bach y Liszt; aquí fundó Walter Gropius en 1919 la Universidad Bauhaus. Pero en las afueras se halla también un testimonio del más oscuro capítulo de la historia alemana: el antiguo campo de concentración de Buchenwald, hoy un memorial y museo.