“Las historias son importantes para los niños”
Alina Jagel trabaja en la asociación Zweitzeugen y cuenta a niños historias relacionadas con el holocausto. Aquí te contamos cuál es su motivación y cómo repercute el trabajo con jóvenes en su vida.
“No importa la edad: siempre se puede luchar contra el antisemitismo y la discriminación”. Alina Jagel sigue este principio no solo en su ámbito privado, sino también en una asociación. Desde Zweitzeugen organiza talleres, en los que la estudiante de 21 años explica a niños y jóvenes lo que fue el holocausto y cuenta historias de supervivencia de testigos contemporáneos, de acuerdo con el concepto de esta asociación. Dado que quedan pocos sobrevivientes del holocausto que pueden compartir sus experiencias, la asociación intenta conservar sus recuerdos al transmitirlos.
La asociación Zweitzeugen transmite recuerdos del holocausto
Jagel conoció la asociación medio año atrás mientras dictaba un seminario sobre el tema “Antisemitismo en el fútbol” en el marco de sus estudios. A su entusiasmo, se sumó la posibilidad de comenzar a trabajar en la asociación en paralelo a sus estudios. De modo que Jagel envió su solicitud y le dieron el empleo. Desde ese momento, ha trabajado con numerosos niños y jóvenes e, incluso, puede disfrutar de su pasión por el fútbol, dado que Zweitzeugen no solo coopera con escuelas, sino también con distintos centros de enseñanza de clubes de la Bundesliga y, de esta manera, aprovecha el poder de atracción del deporte para llegar a niñas y niños que escuchan con entusiasmo a Jagel cuando les cuenta las historias de supervivencia. “Los niños entienden lo que han vivido estas personas y sus historias son importantes para ellos”. En este marco, hubo una experiencia que le marcó particularmente: “Después de un taller, una niña me agradeció por haber podido escuchar historias de supervivencia de mujeres también y me dijo que le daba fuerzas oír sobre las vidas de mujeres fuertes”.
Ese es precisamente el efecto que busca Jagel. “Para eso, incorporamos las historias de supervivencia en la cotidianidad de los jóvenes. ¿Qué limitaciones habrían tenido si hubiesen vivido en esa época?”. La intención de Jagel es transmitir los hechos históricos de un modo distinto a como se imparten en las clases de historia de las escuelas. Con ese fin, la joven de 21 años prepara los talleres durante varias horas en la semana, además de ocuparse de sus estudios de ciencias sociales en la Universidad de Bochum. “Me gusta lo que hago porque mi trabajo ingresa profundamente en distintas vidas y se siente bien involucrarse de forma activa”. El trabajo en la asociación y el intercambio con los jóvenes repercuten también en su vida privada. Ahora, la estudiante de 21 años habla con más libertad sobre discriminación y antisemitismo. “Sobre todo en situaciones en las que antes tal vez no me hubiese creído capaz”. Y, desde luego, Jagel cuenta las historias de los sobrevivientes del holocausto también en su entorno.