“Comprometidos con la vida”
El 9 de mayo de 2021, Sophie Scholl habría cumplido 100 años. Su biógrafa Maren Gottschalk habla sobre la luchadora de la Resistencia contra el régimen nazi y su importancia hoy.
Fue uno de los rostros del grupo de Resistencia llamado La Rosa Blanca: Sophie Scholl, nacida el 9 de mayo de 1921 y asesinada por los nazis el 22 de febrero de 1943. En el centenario de su nacimiento, Maren Gottschalk publicó una nueva biografía de ella. En una entrevista, la autora habla sobre qué la fascina en Sophie Scholl, las contradicciones que hubo en la vida de la joven y los temas que podrían conmoverla hoy.
Señora Gottschalk, “Wie schwer ein Menschenleben wiegt” (“Cuánto peso tiene una vida humana”) es ya la segunda biografía que escribe sobre Sophie Scholl. ¿Qué la motivó?
La primera biografía estuvo dirigida principalmente a lectores jóvenes. Como he estado en muchos lados con ese libro en los últimos años, también en escuelas, la historia de Sophie Scholl nunca me ha abandonado. Cuando, con motivo de los cien años de su nacimiento, tuve la oportunidad de volver a escribir sobre ella con más detalle, fue una tarea apasionante. En el nuevo libro pude dedicar más espacio a algunas cuestiones concretas.
¿Pudo incluir información nueva?
Pude hablar con otra testigo de época: una antigua amiga de Sophie en el colegio secundario, que ahora vive en Estados Unidos. Ella me ayudó a verificar diversas historias que se cuentan sobre Sophie y me dio muchos detalles sobre el tiempo que pasaron juntas. Por ejemplo, la amiga siempre iba muy bien vestida, porque sus padres tenían una fábrica de tejidos. Sophie, en cambio, siempre daba la impresión de no tener tiempo para ocuparse de la moda.
En su biografía, usted se remite repetidamente a los diarios personales de Sophie…
Sí, porque en ello se ve cuán poéticamente podía escribir. En un momento dado, cuenta de forma muy intensa cómo dibujó los ojos de su amiga durante un ejercicio en el colegio. Sophie también era una buena dibujante. Ese pasaje nos da una mejor idea de cuán detalladamente observaba a su entorno, cuánto tiempo se tomaba para entender las cosas, qué personalidad tan compleja tenía.
Usted también habla de contradicciones y mitos sobre Sophie Scholl, que hay que desmentir.
Creo que es importante que veamos a Sophie Scholl como un ser humano y no como una santa. A menudo se dice que desde el principio no estuvo especialmente entusiasmada con el nacionalsocialismo y que rápidamente se distanció de él. No es cierto. Tuvo que recorrer un largo camino para convertirse en una luchadora de la Resistencia, al principio perteneció entusiasmada a las Juventudes Hitlerianas. Desde mi punto de vista, su alejamiento del régimen fue un proceso lento, y seguirlo es muy emocionante.
A menudo, la religión desempeña un importante papel en la explicación de ese proceso. En su libro, sin embargo, ocupa poco espacio.
Reconozco que la fe cristiana tuvo una gran influencia en su visión del ser humano: la idea de que la vida es algo valioso, que debe ser preservado. Pero esa imagen del ser humano también tenía una vertiente humanista, muy influida por su padre, liberal y arreligioso. Por lo tanto, creo que su impulso de resistir no sólo provenía de una convicción religiosa, sino también de un ideal moral, de una actitud filosófica hacia la vida y los seres humanos.
Usted ha recogido muchas voces de familiares y amigos. ¿Qué importancia tuvo el entorno de Sophie Scholl en su trayectoria?
Una persona no existe solo por misma. Sophie formaba parte de una familia muy cariñosa, lo que era muy importante para ella. Especialmente la cohesión entre los cuatro hermanos era fuerte. Además estaba su círculo de amigos, es decir, formaba parte de una red. La importancia que tenía ello para Sophie puede verse en las anotaciones en sus diarios personales cuando fue enviada al Servicio de Trabajo del Reich y, por tanto, apartada de su comunidad. Le costó mucho trabajo. La cercanía a personas que pensaban de forma similar y leían los mismos libros y con las que podía hablar significaba mucho para ella. Sophie alcanzaba su mejor forma en el intercambio con los demás.
¿De qué temas se ocuparía hoy Sophie Scholl?
No es lícito asociar a Sophie con un partido o grupo concreto de hoy. Pero es de suponer que la preocuparía el medio ambiente. La naturaleza era un recurso importante para ella, para respirar y juntar fuerzas. Y sería una firme defensora de los más débiles, de una sociedad justa. También, por supuesto, la libertad sería un tema importante para ella. Después de todo, esa es la última palabra que nos dejó por escrito, en el reverso de la acusación contra ella.
¿Qué implica eso para nosotros, qué mensaje es importante para usted al recordar a Sophie Scholl?
Si nos tomamos en serio nuestra admiración por Sophie Scholl, debemos proteger la democracia liberal de sus enemigos. Esa democracia liberal es exactamente lo que no tuvo Sophie, a quien le hubiera gustado mucho vivir en una sociedad como la nuestra. A veces me imagino que habría sido una de las madres de la Ley Fundamental (Constitución de Alemania) si no la hubieran matado. Habría sido una voz que bien podríamos haber necesitado.