150 años del TÜV

Es probablemente la etiqueta alemana más famosa del mundo: el sello del TÜV en las placas de matriculación. Certifica la seguridad técnica de vehículos. Y con esto queda dicho cuál es la tarea principal de estas organizaciones certificadoras alemanas: controlar la correcta funcionalidad de equipos técnicos.

La idea del TÜV surgió hace 150 años y su desarrollo está estrechamente relacionado con la revolución industrial y sus riesgos. En 1865 explotó una caldera de vapor de la empresa Mannheimer Aktienbrauerei, un hombre murió y cuatro resultaron heridos. Las causas fueron: agua insuficiente, presión excesiva y deficiente mantenimiento. También en otros lugares se produjeron accidentes de este tipo. Esto llevó a los operadores de calderas de vapor a crear una organización que garantizara la seguridad de instalaciones técnicas. El 6 de enero de 1866 fundaron la "Sociedad para la vigilancia y seguridad de calderas de vapor". Con esto se esperaba mejorar la calidad y la seguridad de las maquinarias.

Hasta la certificación de sistemas de gestión

La idea inicial de un organismo de inspección independiente e imparcial se extendió en los años siguientes mucho más allá de las fronteras de Alemania. Hoy los expertos de TÜV someten a controles no solo productos sino también instalaciones industriales y sistemas de gestión. Temas como la privacidad y seguridad de datos está también en el foco de los inspectores de TÜV. Se trata por lo general de ingenieros, químicos, físicos, informáticos, nutricionistas, e incluso psicólogos, todos altamente cualificados. En Alemania hay varias sociedades TÜV, al menos un 25,1 por ciento pertenece a una asociación de inspección técnica o a una organización de empresas alemanas que asumen funciones públicas por encargo del Estado. Los tres principales holdings son TÜV Süd, TÜV Rheinland y TÜV Nord, que tienen en total más de 50.000 personas en todo el mundo.

El primer TÜV fue fundado el 6 de enero de 1866

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