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Auge de la bicicleta

Ciclovías: particularmente en las ciudades alemanas, la bicicleta está en auge. No solo es más sana, ecológica y barata, sino generalmente también más rápida.

24.09.2015

Markus Lewe va a trabajar en bicicleta. Todos los días, llueve o truene. Nada especial, al fin y al cabo lo hace hoy mucha gente en Alemania. Pero… Markus Lewe es primer alcalde y tiene numerosas citas oficiales todos los días. Tampoco eso es un problema. Porque Markus Lewe es la primera autoridad 
gubernativa del municipio de Münster, la capital de la bicicleta en Alemania. Esa ciudad de 300.000 habitantes tiene dos 
veces más bicicletas que habitantes. Lewe posee incluso cuatro: una bicicleta de carreras, una plegable, una de paseo y una para excursiones. También sus traslados oficiales los hace en bicicleta. Pues es sencillamente más práctico. Münster no es muy grande, se halla en tierras llanas y la infraestructura vial para bicicletas de esta ciudad universitaria de Westfalia es la mejor de Alemania. Hay una ciclovía circular alrededor del casco antiguo solo 
para ciclistas. Al centro se llega rápidamente. Y el aparcamiento para bicicletas junto a la estación central de ferrocarriles, el mayor de Alemania, cuenta con 3500 lugares seguros para dejar las dos ruedas, incluido un taller, un alquiler de bicicletas y un lavadero. “Hoy, el 39 por ciento de los viajes en la vía pública se realizan en Münster en bicicleta”, dice Lewe orgulloso, “y solo el 33 por ciento con el auto”.

Münster es la vanguardia de una tendencia que se observa actualmente en toda Alemania. La gente pasa del auto a la bicicleta. No solo es más sano, ecológico y 
barato, sino a menudo también más rápido. Pues especialmente en las ciudades se llega con la bicicleta más rápidamente de un punto a otro. Según el último informe del Gobierno federal sobre la movilidad en bicicleta, de 2013, el 35 por ciento de los encuestados se trasladaba al trabajo, al lugar de estudios o de capacitación en bicicleta. Más aún la utilizaban para ir de compras y realizar trámites. En el estudio se constata que cuanto mayor es una ciudad, menor es el uso del auto. Eso se puede observar particularmente en Berlín. En 
la capital alemana, más gente que el promedio renuncia al auto y se traslada con el transporte público o la bicicleta. También diputados federales, como Hans-Christian Ströbele, van en bicicleta de 
su domicilio al Bundestag. En Fráncfort, empleados bancarios se trasladan por la orilla del Meno hacia sus oficinas. Y en 
Colonia, hasta el obispo, Rainer Maria Woelki, es visto a veces en bicicleta, “cuando no es necesario que use la sotana”, dice. El ejemplo de Münster también tiene seguidores a nivel internacional. Representantes de Londres y Nueva York se han 
informado ya allí cómo funciona una “ciudad de la bicicleta”. No solo sus metrópolis se hallan cerca de sufrir un infarto de tráfico. El francés Christian Prudhomme viajó a Münster por otra razón: el director del Tour de Francia reflexiona sobre la posibilidad de una etapa o el comienzo de la más famosa carrera ciclista del mundo en Münster.

La bicicleta, sin embargo, no es solo una opción moderna de movilidad en las ciudades, sino también expresión de un nuevo estilo de vida y un cambio en la valoración de los símbolos de estatus. Cada vez más frecuentemente se ven bicicletas en las viviendas como accesorios decorativos. Muchos estudiantes tienen una práctica bicicleta monomarcha; altos empleados, una elegante y ecológica bicicleta de bambú. Eso dice a menudo más sobre su propietario que el amueblamiento. Las bicicletas más vendidas en Alemania siguen siendo las urbanas, de montaña y trekking, pero también las posibilidades de individualización son ilimitadas. Desde las bicicletas usadas que cuestan 20 euros, pasando por las de las tiendas de descuento hasta las de alta tecnología con control vía smart-
phone, el mercado alemán, con sus numerosas manufacturas de dos ruedas, ofrece de todo. La evolución más vertiginosa se observa en las bicicletas eléctricas, con un 
pequeño motor que apoya el pedaleo del conductor. En 2009 tenían una participación del cuatro por ciento en el mercado. En 2014, ya una de cada diez bicicletas vendidas era una bicicleta eléctrica. Y, en caso 
de tener que comprar una bicicleta nueva, el 27 por ciento de los encuestados en el marco del Informe sobre Bicicletas del Gobierno federal se decidiría por una con el pequeño motor. La bicicleta eléctrica pierde su imagen de ser solo para personas mayores. En el ínterin ha sido descubierta por creativos, los fotorreporteros las usan para llegar más rápido al lugar de los hechos y los mensajeros en bicicleta se pasan también a la eléctrica.

Con el auge de la bicicleta se desarrolla también una nueva infraestructura. De moda están los “repair cafés”, una mezcla de talleres de autoayuda y bistró. Allí son reparados todo tipo de aparatos que hasta ahora se tiraban si tenían un defecto. Un particular desafío está considerado construir una buena bicicleta con partes de segunda mano. La idea proviene de los Países Bajos y tiene hoy en Alemania muchos émulos. En 2014 había en el país más de 100 “repair cafés”. ▪