¡Ni se te ocurra!
¿Típicamente alemán? Nueve cosas que no siempre caen bien en Alemania. Advertencias con un guiño.
Llegar tarde
“La puntualidad alemana consiste en llegar cinco minutos antes de tiempo”, reza un dicho. Efectivamente, las citas, los horarios de medios de transporte e incluso los rendibúes tienen en Alemania el valor de juramentos. El retraso es constitutivo de delito de incumplimiento de contrato. A menos que se tenga una buena excusa. No obstante, la mayoría de la gente no pone reparos a un retraso avisado.
Hacer ruido
La vida es ruidosa. En todas partes y también en Alemania. Solo que en Alemania el ruido está sujeto a horarios de servicio. Todo aquel que corte el césped, utilice un taladro o invite a la banda de “metal pesado” del sobrino de 16 años a ensayar entre las 22 horas y las 7 de la mañana, al mediodía o los domingos y días festivos es considerado un asocial. La única excepción: el ruido que hacen los niños está considerado "socialmente adecuado".
Visitas espontáneas
Nunca visites a nadie en Alemania sin haberle avisado antes. Excepción: para advertir a los vecinos de que la casa está en llamas. A los alemanes les gusta estar preparados emocional y formalmente para recibir visitas. Les gusta tener la sensación de haber tomado todas las precauciones, con suficientes reservas de café y pastel y un apartamento ordenado que no se parezca al mundo después del “big bang”.
Cruzar con el semáforo en rojo
Incluso si no se ve venir ningún coche y sin importar cuánto tiempo tarde: detente cuando el semáforo está en rojo, especialmente si hay padres con hijos pequeños cerca. A los padres les desagrada mucho el mal ejemplo que das a los pequeños. Cruzar con el semáforo en rojo es también una infracción de tráfico. Además, siempre habrá alguien junto al semáforo que te va a regañar.
Llamar tarde
Las llamadas telefónicas a partir de las 20 horas se consideran una perturbación de la coreografía vespertina, que para algunos alemanes se asienta sobre tres pilares: cena, sofá y televisión. Los peores momentos para llamar a alguien por teléfono son el sábado entre las seis y las siete de la tarde, el horario de las emisiones deportivas en la televisión, y el domingo entre las 20:15 y las 21:45, cuando se emite la serie policiaca “Tatort” (El lugar del crimen). Por cierto, los comentarios en los medios sociales son, igualmente, numerosos, ya que los mensajes a través de WhatsApp, Instagram o Facebook están considerados aceptables las 24 horas del día.
No separar la basura
La separación de basura en Alemania está sujeta a normas más estrictas que las conventuales. ¡No se te ocurra arrojar papel en el cubo de la basura orgánica! En reglamentos de varias páginas se enumera qué residuos deben depositarse en cada cubo, bolsa o contenedor. Pero ese rigor vale la pena: Alemania es líder mundial en reciclaje.
Brindar sin contacto visual
En otros países suele levantarse la copa y brindar sin más exigencias. No así en Alemania. Es recomendable mirar a la otra persona a los ojos mientras se brinda, de lo contrario acecha la mala suerte en el amor. Un brindis cruzado está considerado un mal augurio, incluso en los círculos de negocios.
Aparcar en la bicisenda
Alemania es un país de automovilistas, pero las ciudades están siendo conquistadas por los ciclistas. Los conductores que estacionan en carriles para bicicletas deben contar con rayones en la pintura. Y los peatones que obstaculizan la circulación en las bicisendas pueden ser objeto de fuertes insultos.
Charlas superficiales
La charla superficial no es una especialidad alemana. Siempre se va directamente al grano. Preguntas tales como “¿cómo te va?”, por ejemplo, que en otros países se entienden como simple saludo, son para los alemanes, a menudo, una ocasión para explayarse sobre los problemas escolares de los hijos, la hernia del suegro y la miseria en el mundo en general. Así que si preguntas “¿cómo te va?”, debes contar con tiempo.
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