Rostros e 
historias

Diango Hernández

Para Markus Heinzelmann, director del 
Museo Morsbroich, en Leverkusen, Diango Hernández es “uno de los más importantes artistas jóvenes de Renania y reconocido también a nivel internacional”. Efectivamente, Hernández, nacido en Cuba y que vive en Düsseldorf desde 2003, se ha insertado en la escena artística regional. Hernández poca importancia le da a la filiación a un país: como artista cubano, en todo 
caso, no se ve. “No veo necesidad alguna en destacar la nacionalidad”.

No obstante, su obra está marcada por 
su niñez y juventud en Cuba: así lo demostró también una exposición en Lever­kusen. Pinceladas azules y onduladas, la planta de la casas de sus padres, esculturas de la modernidad cubana: la muestra “Theoretical Beach” permitió reconocer sin duda el país de origen del artista. En Cuba, Diango Hernández se encontró a mediados de los años 1990 con Peter e 
Irene Ludwig, conocidos coleccionistas y mecenas artísticos alemanes. En el Museo Ludwig, en Colonia, sus obras forman ahora parte de una exposición grupal 
con ocasión de los 40 años de existencia del museo. Veinticinco artistas de todo el mundo fueron invitados a tematizar la Fundación Ludwig.

Andréa Huguenin Botelho

“Berlín es una de las ciudades más multiculturales que conozco”, dice Andréa Huguenin Botelho sobre la metrópoli en la que vive y que ve como su segunda patria. La pianista, directora de orquesta y profesora de música brasileña halló en la capital alemana el entorno perfecto para sus proyectos biculturales. Y estos son muchos: además de sus propias actuaciones, fundó el coro infantil “Curumins”, en el que se canta en dos idiomas, alemán y portugués. Además es directora del “Brasil Ensemble Berlín”, en el que un coro y una banda de jazz interpretan exclusivamente música brasileña. Huguenin Botelho vivió también en Rusia y Estados Unidos, pero las relaciones entre Alemania y Brasil, donde nació, son muy particulares, dice. “Las relaciones interculturales entre ambos países existen desde hace ya 200 años y están marcadas por un gran respeto mutuo”, agrega.

Juan Camilo Roa

Ve belleza donde otros perciben solo imágenes habituales de la gran ciudad: Juan Camilo Roa fotografía Berlín desde singulares perspectivas. Contrastes de colores, estructuras lineales y figuras geométricas marcan sus fotos. El colombiano 
pone el foco tanto en la arquitectura como en objetos de uso cotidiano. Su canal de Instagram @juancamiloberlin, en el que muestra sus trabajos, tiene unos 80.000 seguidores.

Roa vive en Berlín desde 2005. En la capital alemana estudió musicología y lingüística. Conoce a muchos latinoamericanos en la ciudad y cada vez son más. “En Alemania existe un gran espacio para el intercambio artístico; la oferta cultural es grande, particularmente en Berlín. Esos aportes contribuyen en gran medida al 
desarrollo de nuevas ideas y proyectos. 
El paisaje cultural en Alemania es definitivamente muy inspirador”.

Paz Guevara

Una plataforma para las artes contemporáneas internacionales y un foro para presentar novedades y llevar a cabo debates: seguramente no hay otro lugar en Berlín que vaya mejor con Paz Guevara que la 
Casa de las Culturas del Mundo. Allí, Guevara, nacida en Chile, acompaña proyectos en las áreas de las artes plásticas y el cine. Guevara es una viajera entre los mundos: fue cocuradora de la primera Bienal de Arte Contemporáneo de Montevideo (2012/2013) y del Pabellón Latino­americano en la Bienal de Venecia 2011. También ha trabajado en Brasil y Chile. En Berlín organiza, entre otras cosas, exposiciones de videoarte experimental y ofrece talleres para jóvenes curadores. Pero no solo en la capital alemana transmite sus conocimientos: Guevara es también docente en el Instituto de Historia del Arte Ibérico e Iberoamericano de la Universidad de Heidelberg.