Lo que podemos aprender de Francia
La comida no es basura: una petición ha cambiado completamente la forma en que se gestiona la comida en Francia - Europa debería seguir el ejemplo.
En el pasado, los residuos de algunos supermercados franceses eran incluso tratados con lejía, convirtiendo las sobras potencialmente comestibles en residuos tóxicos. Hoy en día, todo lo que todavía puede ser reciclado se recicla. Los supermercados franceses están obligados por ley a donar sus sobras a organizaciones caritativas de forma gratuita.
"No podemos permitir que se tire la comida mientras haya gente que sufre de hambre en Francia y en otros países", señala el abogado francés Arash Derambarsh. Durante años observó que muchos supermercados tiraban kilos y kilos de alimentos comestibles. A finales de 2014, Derambarsh decidió poner fin a esta situación. El entonces concejal de Courbevoie, un municipio del noroeste de París, de 35 años de edad, pasó seis semanas distribuyendo las sobras de un solo supermercado a los necesitados de la ciudad. La acción tuvo una gran aprobación.
Entonces Derambarsh lanzó una petición online para que se prohíba la locura de los alimentos desechables. Solo cuatro meses después, la Asamblea Nacional francesa aprobó por unanimidad la "Loi contre la gaspillage alimentaire", la ley contra el desperdicio de alimentos. Desde el 11 de febrero de 2016, los supermercados con una superficie de más de 400 metros cuadrados están obligados a donar los alimentos no vendidos a organizaciones caritativas y bancos de alimentos.
Nueva petición de ley a nivel europeo
El proyecto ha sido un éxito: las donaciones de alimentos de los supermercados a los bancos de alimentos franceses han crecido de 39.000 toneladas en 2015 a 113.000 toneladas en 2018. Un aumento del 23 por ciento. Pero todavía hay ovejas negras, porque la amenaza de multa, de ahora 10.000 euros, solo existe si se descubre la ilegalidad y se lleva a los tribunales. Derambarsh ya ha acusado a algunos directores de sucursal de tirar comida ilegalmente. Derambarsh se ocupa de que su ley se cumpla. También ha lanzado una nueva petición para detener el desperdicio de alimentos en toda Europa. "Europa tiene 500 millones de habitantes", puntualiza el abogado parisino, "de los cuales 100 millones no tienen mucho dinero y sufren hambre. Es una emergencia".
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