La educación es clave
Para los refugiados, acceder a la educación es un gran desafío. El programa de becas DAFI les abre nuevas oportunidades.
En el mundo hay casi 80 millones de refugiados, más que nunca: huyen de la guerra, los conflictos y la persecución. La mayoría busca protección en sus regiones de origen y en los países vecinos. Es una situación difícil para los países anfitriones: quieren abrir perspectivas a los refugiados, pero el acceso a la educación, en particular, sigue siendo un desafío. Y la educación es clave para la integración y el empleo.
La Iniciativa Académica Alemana para los Refugiados Albert Einstein (DAFI) del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), financiada mayormente por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, tiene por objetivo dar a los refugiados acceso a la educación superior. Desde 1992, la iniciativa ha prestado apoyo a más de 15.500 personas. Actualmente, la DAFI ayuda principalmente a refugiados sirios en el Próximo Oriente y el norte de África, a estudiantes afganos en Irán, Pakistán e India y a refugiados del África subsahariana. De esa forma, ACNUR pudo triplicar la proporción de refugiados que estudian, del uno al tres por ciento.
Uno de ellos es Foni Joyce Vuni, de 28 años, de Sudán del Sur. Sus padres huyeron a Kenia antes de que naciera. Su padre, periodista, había sufrido amenazas en Sudán del Sur. “He vivido en Nairobi (Kenia) toda mi vida y, sin embargo, llevo la identidad de Sudán del Sur en mí”, dice Foni. La educación es muy importante para sus padres, agrega. “Siempre me dijeron: nadie te la puede quitar”. Sus padres solicitaron sin éxito una beca DAFI para ellos mismos. Luego no dudaron en hacer un esfuerzo para lograr este objetivo por lo menos para su hija.
En Kenia, los refugiados tienen un limitado acceso a las instituciones educativas. Estudiar es muy caro y existe poco apoyo. “Solo con la beca DAFI pude estudiar Comunicación”, dice Foni. “Mis estudios me han ayudado a interactuar con otros jóvenes en el Consejo Consultivo Mundial de Juventud de ACNUR en pie de igualdad y a hacer oír las voces de los refugiados sobre cuestiones que son importantes para ellos”.
En Nairobi, Foni ayudó a crear una iniciativa de base comunitaria que capacita a los jóvenes para alcanzar sus objetivos “mostrándoles que otros refugiados también han logrado sus sueños”. Foni espera poder promover algún día la paz y el desarrollo en Sudán del Sur, su país natal. Sin embargo, la reanudación del conflicto y la pandemia del coronavirus han interrumpido esos planes. “Actualmente es demasiado peligroso regresar a Sudán del Sur. Pero es mi gran sueño”, agrega.
¿Desea recibir regularmente información sobre Alemania? Suscríbase aquí a nuestro boletín.