Startups voladoras
Con ocasión del Congreso Aeroespacial en Múnich presentamos tres startups alemanas, cuyos fundadores quieren revolucionar el sector.
Lilium
Alemania. Evitar congestiones de tráfico: es lo que desean muchas personas que deben andar en automóvil todos los días muchos kilómetros de ida y vuelta a sus puestos de trabajo. El equipo de la startup Lilium, de Múnich, quiere hacer posible que esas personas utilicen un taxi aéreo para trasladarse al trabajo. Problemas tales como las congestiones de tráfico y viajes de horas pertenecerían entonces al pasado. Lilium planea que el taxi volador recorra 70 kilómetros en 15 minutos. La empresa fue fundada por Daniel Wiegand, Sebastian Born, Patrick Nathen y Matthias Meiner en 2015. Ya han realizado vuelos de prueba con un prototipo. Para 2019 está planeado el primer vuelo tripulado y ya en 2025 se podrá pedir un taxi aéreo apretando un botón.
Wingcopter
Dos estudiantes de Darmstadt quieren revolucionar la aeronáutica: Jonathan Hesselbarth y Tom Plümmer combinaron partes de un helicóptero con componentes de un avión. El resultado fue su “Wingcopter”. Dotado de hélices, el Wingcopter puede despegar y aterrizar verticalmente, pero también volar tan rápidamente como un avión. Tiene una autonomía mayor a las de otros multicópteros y alcanza una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora. Los fundadores desarrollaron su proyecto con el apoyo del Centro de Innovación y Fundación de Empresas Hightest, de la Universidad Técnica de Darmstadt.
Las posibilidades de empleo del Wingcopter son múltiples. Ya existe un proyecto de prueba en cooperación con la institución de cooperación internacional Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ): en Tanzania, el Wingcopter llevará medicamentos a los habitantes de una isla en el Lago Victoria y de regreso transportará muestras de sangre a una clínica.
German Orbital Systems
La startup berlinesa German Orbital Systems, fundada en 2014, desarrolla minisatélites. El equipo en torno a Walter Ballheimer desarrolló actividades en la cátedra de Técnica Aeroespacial en la Universidad Técnica de Berlín y exporta ahora parte de satélites a todo el mundo. Su visión: “Construir los satélites tan fácilmente como con piezas Lego y lanzarlos tan rápida y fácilmente como avioncitos de papel”. Su objetivo es, con el empleo de módulos baratos, hacer accesible la observación de la Tierra a un amplio público.