Alemania apuesta por los alimentos orgánicos

Alemania. Para los habitantes de las ciudades, este lugar es un paraíso: terneros duermen sobre heno, mientras las vacas rumian aromático pasto. Cacareando y graznando, gallinas y gansos buscan granos sobre el prado. En la tienda de la granja se venden leche fresca, huevos y pan casero. Una granja orgánica como de película. Un 20 por ciento de superficie de cultivos orgánicos es el objetivo de la “Estrategia para el Futuro de la Agricultura Orgánica”, presentada por el Gobierno alemán en la primavera de 2017. Actualmente, representan solo el 7,5 por ciento. Por ello, los agricultores son apoyados para que adopten los métodos orgánicos de cultivo y cría de animales.

Así funciona la agricultura orgánica

La granja Hofgut Oberfeld, cerca de Darmstadt, es una de 27.132 granjas orgánicas en Alemania. Pero esta tiene varias particularidades. Primero, pertenece a una fundación. Los esposos Thomas y Kathrin Goebel, ambos agricultores, hicieron aquí realidad un modelo de cría de animales que va más allá de las regulaciones legales para la agricultura orgánica. Por ese modelo, la granja Hofgut Oberfeld recibió en 2016 el Premio Federal de Agricultura Orgánica.

¿Es la agricultura orgánica mejor para los animales, el ser humano y el medio ambiente? En todo caso, tiene consecuencias muy positivas: renuncia a pesticidas y abonos químicos, no contaminando así las aguas subterráneas, hace mucho por la protección de la biodiversidad y conserva la fertilidad de los suelos. Todo ello contribuye también a la protección del clima. La agricultura convencional, por el contrario, consume mucha energía fósil: para producir un kilo de nitrógeno para abonos químicos se necesita más de un litro de petróleo. “Por la seguridad de rendimiento de la agricultura convencional se paga un alto precio”, dice Thomas Goebel. Y agrega: “¿de dónde vendrá la energía necesaria para ello dentro de 50 años?”. La agricultura orgánica usa, por el contrario, la energía del sol para una fertilización natural del suelo a través de plantas que fijan nitrógeno.

Thomas Goebel ilustra las ventajas de la agricultura orgánica tomando como ejemplo el ciclo formado por los cultivos y la cría de animales. El cultivo alternado de granos y forraje mejora la calidad de los suelos. No se emplean ni pesticidas ni abonos químicos. Plantas como el trébol y la alfalfa fijan nitrógeno a través de sus raíces y proporcionan simultáneamente pienso para las vacas lecheras. El estiércol es un abono orgánico y atrae a numerosos pequeños organismos. Ese ciclo asegura la fertilidad del suelo y la biodiversidad, contribuyendo además a que los alimentos tengan una gran calidad.

Cría adecuada de animales

En el foco se halla el bienestar de las vacas lecheras, gallinas ponedoras y pollos de engorde, de lo que se ocupa Kathrin Goebel. A las vacas no se les cortan los cuernos, los terneros no son separados de sus madres y también son criados los pollitos machos.  Pero, “más esfuerzos en la cría de animales supone mayores costos, que al final deben pagar también los clientes”.

La venta de alimentos orgánicos crece actualmente en Alemania a una tasa de dos dígitos. Como la demanda es mayor que la oferta, muchos productos son importados. ¿Cómo puede ser expandida la agricultura orgánica en el país? “El impulso debe ir del comercio a los abastecedores. Si la demanda continúa aumentando, también muchas grandes empresas agropecuarias pasarán a la producción orgánica. Pero no basta con aumentar la superficie explotada”, advierte Goebel. Porque “no debemos alejarnos con ello de los ideales de la agricultura orgánica”.

Más información: Estrategia para el Futuro de la Agricultura Orgánica

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