Intercambio entre reservas de biosfera
Rhön, en Alemania, y BIOAY, en Perú, son reservas de biosfera asociadas. Parte del intercambio es ofrecer servicios de voluntariado.
Durante un año, las jóvenes Lena Gräfenschnell y Maja Büttner se dedican a la protección del clima en Perú. Desde octubre de 2021 realizan un voluntariado en la Reserva de la Biosfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha (BIOAY). “La protección del ambiente es una cuestión global, por lo que es necesario observar detenidamente las posiciones y situaciones en distintos lugares del mundo”, dice Lena Gräfenschnell, de 18 años. Su amiga Maja Büttner, de 19 años, también se decidió por ese programa. Trabaja en la administración de BIOAY en Oxapampa. Las dos jóvenes son pioneras: son las primeras voluntarias en el marco del intercambio entre dos reservas de biosfera de la UNESCO: Rhön, en Alemania, y BIOAY, en Perú. “Ambas reservas puede aprender una de otra y beneficiarse de las respectivas experiencias”, dice Maja Büttner.
Alianza para la sostenibilidad
La asociación entre las reservas de Rhön y BIOAY existe desde abril de 2021. Las regiones intercambian información sobre temas de sostenibilidad y cooperan para promover el uso sostenible de la tierra y la lucha contra el cambio climático. Ambas áreas protegidas también aspiran a fortalecer la educación ambiental y la participación de la población local.
Las reservas están separadas por 10.000 kilómetros. La de BIOAY está situada en el centro del Perú, en los Andes Tropicales. La Reserva de la Biosfera del Rhön abarca los montes bajos del mismo nombre y se extiende por el centro de Alemania por tres estados federados: Hesse, Baviera y Turingia. Un producto común simboliza una alianza justa: el café “Biosfera² Perú - Rhön". Ambas reservas de la biosfera colaboran con cultivadores de café peruanos y una tostadora de Rhön que emplea a personas con discapacidad.
Multifacético compromiso con un objetivo común
El acuerdo de asociación fue firmado por los representantes de ambas reservas de forma virtual. Sin embargo, un intercambio real solo puede tener lugar en los respectivos países, por lo que los socios crearon el servicio de voluntariado. Lo apoyan la asociación “Ecoselva e.V.” y la organización alemana “Weltwärts”, que apoya a jóvenes que desean adquirir experiencia en el extranjero y en la cooperación para el desarrollo sostenible.
Maja Büttner, Lena Gräfenschnell y otros voluntarios ayudan en lo que pueden. Maja Büttner diseña infografías para Facebook e Instagram. Y también viaja con el personal cuando este visita nuevas zonas protegidas o informa a la población sobre nuevas leyes, como la prohibición de envases de poliestireno. Lena Gräfenschnell da clases de inglés en una escuela a pocas horas de Oxapampa. Ambas jóvenes alemanas aprenden no solo cómo se trabaja en la reserva de la biosfera, sino también cuán diferentes enfoques puede haber. Al mismo tiempo, es una oportunidad para mejorar su español.
La protección ambiental como motivación
Las jóvenes saben que sus posibilidades tienen límites: “No hay que sobrestimar lo que puede conseguirse como voluntaria”, dice Maja Büttner, que desea estudiar medicina, pero quiso tomarse un descanso de los estudios después de su bachillerato. Lena Gräfenschnell se imagina trabajando en la cooperación para el desarrollo y quiere adquirir experiencia profesional durante su estadía en Perú.
Sin embargo, por encima de todo, ambas querían hacer algo con sentido. Ya durante su estadía previa preparatoria en la reserva de Rhön comprobaron que la sequía llevó a una reducción de la población animal. En Perú, la estación lluviosa faltó casi por completo. “La protección del clima es muy importante para nosotras”, subrayan las dos, que antes de su estadía en el extranjero participaban muy activamente en “Viernes para el Futuro”. Y agregan: “Teníamos claro que queríamos hacer algo en esa dirección”. Ahora seguirán recogiendo impresiones en Perú hasta agosto. Entonces llegarán nuevos voluntarios, al igual que BIOAY enviará voluntarios a la reserva de Rhön.