"No debe haber impunidad"

Señor embajador Heusgen, se acerca la primera Conferencia de Seguridad tras el "cambio de era": ¿Qué ha cambiado?
Desde el 24 de febrero de 2022, el mundo es otro. El canciller muy bien lo recogió en su discurso ante el Bundestag del pasado febrero, en el que describió el cambio de era. En la última conferencia de Múnich, que tuvo lugar pocos días antes de que comenzara el ataque ruso, se trató de evitar esta guerra en los últimos metros.  

Este año debemos preguntarnos qué más podemos hacer para contrarrestar este brutal ataque contra el orden internacional basado en normas. Esta pregunta es de suma importancia porque la respuesta condicionará nuestra capacidad de prevenir situaciones similares en el futuro. Debemos dejar claro que el precio de esta ruptura civilizacional es exorbitante. Si no lo hacemos, otros Estados a los que no les gusten sus fronteras actuales sacarán sus conclusiones. Vemos el resultado cada día en Ucrania: miles de muertos, sufrimiento insoportable y destrucción sin sentido. 

En este contexto, la lucha contra la impunidad es una cuestión muy importante. Los crímenes de guerra y el crimen de agresión no deben quedar impunes. Por lo tanto, necesitamos un tribunal especial de las Naciones Unidas ante el que Putin y sus compinches puedan ser procesados por sus crímenes. Pero también tenemos que luchar más enérgicamente contra la impunidad en otros países. Por ello, este tema en general ocupará un lugar importante en el escenario principal de nuestra conferencia.  

La UE, la OTAN y el G7 permanecen unidos junto a Ucrania. Pero, ¿qué significa que la respuesta mundial no esté tan unificada?
La clave es la presencia conjunta. Ya sean sanciones contra Rusia, esfuerzos para encontrar una solución diplomática, apoyo económico a Ucrania o entregas de armas. En este punto los europeos podemos considerarnos afortunados de que los estadounidenses bajo la presidencia de Joe Biden hayan estado y sigan estando tan sólidamente de nuestro lado.  

Pero es cierto que no existe un frente unido a escala mundial contra Putin. 35 países se abstuvieron en las votaciones de la Asamblea General de la ONU para condenar la agresión rusa. Dos tercios de la población mundial viven en países neutrales o prorrusos. En muchos países de Sudamérica, África y Asia calan las narrativas rusas y chinas de que Estados Unidos y la OTAN son los culpables de esta terrible guerra. A veces se tiene la impresión de que nos encontramos en un nuevo conflicto Este-Oeste en el que los países del Sur Global vuelven a ser los perjudicados. 

Tenemos que contrarrestar esta impresión con determinación. Tenemos que explicar una y otra vez que no se trata de un conflicto Este-Oeste, sino de una lucha entre partidarios y detractores del orden internacional basado en normas. Ponerse del lado de los adversarios, y por tanto en contra de principios fundamentales del orden internacional basado en normas, como el de la soberanía territorial, es dispararse en el pie. La neutralidad no debe ser una opción en esta cuestión fundamental. La neutralidad equivale a no ayudar. 

Este año, la Conferencia de Seguridad también se centra en la asociación transatlántica. ¿Cómo valora la relación entre Europa y Estados Unidos?
La asociación transatlántica ha sido parte fundamental del ADN de la Conferencia de Seguridad de Múnich desde el principio. Este año es aún más importante. Por ello, me complace enormemente esperar en Múnich a una delegación estadounidense de alto rango y, además, la más numerosa de la historia. Nuestros amigos estadounidenses han demostrado un gran liderazgo en el transcurso de la guerra de Ucrania. Su apoyo militar a Ucrania es diez veces superior al de Alemania.  

Pero no nos equivoquemos. La estrategia de seguridad estadounidense del año pasado no oculta que China sigue siendo la amenaza número uno para Estados Unidos, aunque Rusia sea actualmente un grave peligro. Crecen las expectativas de que los europeos asuman más responsabilidades en Ucrania y, en general, en su propia vecindad. Al mismo tiempo, la presión política interna sobre el presidente Biden para que adopte una postura más firme en este ámbito también está aumentando de cara a las elecciones presidenciales.  

Cada vez será más difícil explicar por qué los alemanes, a pesar de sus reiteradas promesas, siguen sin alcanzar el dos por ciento del PIB en gastos de defensa acordado en el seno de la OTAN. Si llegara al poder una administración estadounidense menos proeuropea, no podríamos contar con que los norteamericanos participen siempre en el juego, como exigió el Gobierno alemán, por ejemplo, cuando entregó los carros de combate Leopard. Tales expectativas tendrán cada vez peor acogida en Washington.  

¿Qué retos plantea la política de Pekín ante Taiwán para Alemania y Europa?
El presidente chino Xi declaró oficialmente en el último Congreso del Partido Comunista que le gustaría anexionar Taiwán, por la fuerza militar si fuera necesario. Si nos fijamos en Hong Kong y en la situación en el Mar de China Meridional, vemos que Pekín está dispuesta a hacer caso omiso de los acuerdos internacionales. Estados Unidos se prepara activamente para una posible anexión de Taiwán. El presidente Biden ya ha dicho que también apoyaría militarmente a Taiwán en ese caso. Los europeos apoyaríamos a los estadounidenses, aunque carecemos de las capacidades necesarias para desempeñar un papel militar sustancial en un conflicto de este tipo y en la región.  

En el proceso, las consecuencias económicas nos golpearían muy duramente. Debemos prepararnos para ello reduciendo las dependencias económicas unilaterales. Esta es una clara lección de la relación con Rusia. No debemos permitir que nos chantajeen de esta manera. Lo que era petróleo y gas con Rusia, por ejemplo, es ahora tierras raras y células solares con China. Así que tenemos que forjar nuevas alianzas para evitar que la importantísima transición ecológica nos haga vulnerables en otros ámbitos.  

El embajador Christoph Heusgen preside la Conferencia de Seguridad de Múnich desde 2022. El diplomático asesoró a la canciller alemana Angela Merkel desde 2005. Fue representante permanente de Alemania ante las Naciones Unidas de 2017 a 2021 y presidió el Consejo de Seguridad de la ONU en abril de 2018 y julio de 2020. La Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) es el foro informal más importante del mundo en materia de política de seguridad. 

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