Fortalecimiento de los derechos de las mujeres en la Constitución
La jurista chilena Lorena Fries Monleón cuenta en la entrevista sobre su lucha de años por los derechos humanos, para la que también recibió apoyo de Alemania.
Hoy en día, Chile está luchando por la sanción de una nueva Constitución y, en su carácter de diputada, Lorena Fries Monleón está involucrada en este proceso. La abogada especialista en derechos humanos aboga, en particular, por el fortalecimiento de los derechos de las mujeres y la protección de las minorías. Además, dirigió el proyecto “Women Constituents” que destacó la importancia de las cuestiones de género en el proceso constituyente. El proyecto contó con el apoyo de recursos del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores a través del programa de fomento zivik. El programa zivik respalda a actores de la sociedad civil a nivel mundial para prevenir crisis, superar conflictos y crear y estabilizar sistemas sociales y políticos pacíficos. La aplicación del programa zivik es responsabilidad del Instituto de Relaciones Culturales Exteriores (ifa).
Señora Fries Monleón, usted está luchando desde hace muchos años por los derechos humanos. ¿Qué la llevó a optar por este camino?
Mi madre debió abandonar España y exiliarse durante la dictadura de Franco. Después, mi juventud en Chile también estuvo marcada por la dictadura de Pinochet, incluso, mientras estudiaba abogacía en la universidad. Observamos con terror todo lo que sucedía y sentí la necesidad de actuar. Dedicarme a los derechos humanos, me parecía la mejor forma de luchar contra la dictadura y contribuir a la vuelta a la democracia.
¿Cuál su motivación hoy en día?
La herencia de la dictadura chilena continúa siendo una carga. A pesar de los asesinatos y torturas, las víctimas todavía no pudieron acceder por completo a la verdad, la justicia y los resarcimientos correspondientes. Pero la dictadura nos dejó otra herencia económica también: la falta de reconocimiento de los derechos sociales. Nuestra Constitución actual no contempla la necesidad de participación de la población, y hay ciertos grupos de la sociedad que son discriminados. El nivel de desigualdad en la sociedad es simplemente demasiado grande.
¿En qué pudo contribuir el programa “Women Constituents” al proceso constituyente en desarrollo?
A través de este programa, pudimos reunir a organizaciones de mujeres de todo Chile que querían participar en el proceso constituyente. De esta manera, desarrollamos contenidos que presentamos a los miembros de la Convención Constitucional, y organizamos foros con expertas y expertos internacionales. Además, elaboramos materiales destinados a informar a las mujeres chilenas sobre los debates del proceso constituyente. El rechazo del primer borrador de la Constitución en el plebiscito continúa doliéndonos en el alma. Sin embargo, el proceso constitucional demostró que un pueblo entero es capaz de organizarse y politizarse para mejorar sus condiciones de vida.
Ahora se está trabajando en una segunda versión de la Constitución que debería estar lista para que las chilenas y chilenos puedan votar a su favor o en contra a finales de 2023. ¿Qué importancia se les da a los derechos humanos y los derechos de las mujeres en este segundo proceso constitucional?
La igualdad de género está establecida firmemente en el proceso. Esto quiere decir que se reconoce la desigualdad sufrida por las mujeres, lo cual es nuevo. En la Constitución actual, la no discriminación de mujeres, pueblos indígenas, niñas, niños y personas mayores prácticamente no se menciona. Lo mismo sucede con los derechos sociales, como el derecho al agua o el derecho a una vivienda digna, a pesar de que hay un déficit claro en estas cuestiones. Es imposible que una nueva Constitución resulte exitosa si no reconoce los derechos humanos ni prevé mecanismos para aplicar el principio de igualdad y no discriminación.
Según un estudio de la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, con el apoyo de la Fundación Heinrich Böll, Chile forma parte de los países en los que el feminismo se considera una amenaza. ¿Cómo se explica eso?
En los últimos años, el feminismo demostró su potencial y fuerza para el cambio. Por eso, en la actualidad hay intentos, preponderantemente de sectores de extrema derecha, de volver a introducir un “orden natural”, un modelo patriarcal. En el año 2017, se sancionó una ley que permite el aborto en determinadas circunstancias. Hoy en día, ya está habiendo avances para derogar esta ley. Es raro que perdure lo que logran las mujeres. Los derechos adquiridos deben cuidarse y mantenerse.
En la nueva Constitución, se busca que también se consideren las cuestiones ambientales. ¿En qué medida se puede cuidar el medio ambiente con los derechos humanos en Chile y cómo contribuye la protección ambiental a los derechos humanos?
Todos los derechos humanos están vinculados entre sí. En este marco, el medio ambiente es un derecho humano, complementado por otros, como el derecho a la participación, a la rendición de cuentas y al acceso a la justicia. Nos encontramos en una situación de emergencia, Chile es un país muy afectado por la crisis climática. Por eso, es necesario encauzar un cambio en el modelo de producción que seguro será resistido. Los derechos humanos pueden contribuir a la protección del medio ambiente, por ejemplo, si el acceso a la justicia permite llevar ante los tribunales los daños ocasionados por la contaminación ambiental y reivindicar el derecho a la salud.
¿En qué sentido podría Chile convertirse en un ejemplo para otros países?
Tenemos la oportunidad de superar estándares internacionales y reconocer la crisis climática como uno de los desafíos con nuestro nuevo texto constitucional. Lo mismo que con aquellos derechos relacionados directamente con la conservación de la biodiversidad y del medio ambiente en general. Además, se deben contemplar los flujos migratorios y las desigualdades estructurales, y continuar reforzando la democracia a través del fortalecimiento de los derechos humanos.