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Conservar el Patrimonio Mundial

Mechtild Rössler es directora del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en París. Entre sus tareas se cuenta la protección de la herencia mundial amenazada por crisis.

29.12.2015

La cultura y la política pueden estar muy interrelacionadas, eso lo sabe Mechtild Rössler. Para ello basta mirar hacia Siria, Irak, Libia o el Yemen, donde bienes culturales son destruidos intencionadamente como parte de la estrategia de guerra. Como en Palmira, Siria, donde islamistas dinamitaron en 2015 edificios y templos de dos mil años de antigüedad. Allí está amenazada “la cuna de la humanidad”, dice la nueva directora del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por ello, Mechtild Rössler ve una de sus principales tareas en proteger mejor la herencia de la humanidad en peligro, para conservar “esa parte esencial de nuestra historia, identidad y futuro” y conservarla para las próximas generaciones. Estas tienen “un derecho a ver esa herencia”, dice Rössler, alemana de 56 años.

Mechtild Rössler conoce su profesión y las tareas que conlleva como ninguna otra persona. Trabaja para la UNESCO desde hace muchos años, la mayor parte del tiempo en el Centro del Patrimonio Mundial, que ­dirige desde septiembre de 2015. A la UNESCO llegó “por casualidad”, a través de una estadía de investigación en París. Originalmente había pensado quedarse dos años, hoy ya trabaja dos décadas y media para la organización mundial. A Rössler, doctora en geociencias, le gusta su trabajo, porque ve en él un especial sentido: la protección de la Herencia Mundial, a la que hoy pertenecen 1031 sitios del patrimonio natural y cultural en 163 países, “es una de las más hermosas tareas que uno puede imaginarse”. ▪

MECHTILD RÖSSLER

Directora del Centro del 
Patrimonio Mundial, París