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Un compromiso con la vida, 
la libertad y la dignidad

Los derechos humanos atañen a casi todas las áreas de la política. Alemania aboga por el respeto del Estado de derecho y las mismas posibilidades para todos en todo el mundo.

13.04.2016

Los derechos humanos atañen a prácticamente todas las áreas de la política, tanto interior 
como exterior”, dice Frank-Walter Steinmeier, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania. La Constitución de Alemania da absoluta prio­ridad ya en su artículo 1 a la dignidad humana y define los derechos humanos “inviolables e inalienables” como “fundamento de toda comunidad humana, la paz y la justicia en el mundo”. De ello se deriva también la defensa que Alemania hace de los derechos humanos y las libertades básicas a nivel global. Para ello son imprescindibles acuerdos internacionales vinculantes.

Alemania es Estado Parte de los principales tratados de derechos humanos de las Naciones Unidas (ONU) y de la mayoría de sus protocolos facultativos. También firmó el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Ambos entraron en vigor en 2009. Alemania fue asimismo el primer Estado en ratificar el Protocolo Facultativo sobre el Derecho a presentar Comunicaciones Individuales. Ese protocolo da a niños y jóvenes de todo el mundo un instrumento para exigir ellos mismos sus derechos ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU. Alemania impulsa en el marco de las Naciones Unidas una rápida ratificación por parte de otros Estados. Alemania aboga también desde hace muchos años porque no se 
reclute a niños en conflictos armados. Para que niños traumatizados puedan retornar a una vida segura son fortalecidos tanto en Alemania como también a nivel internacional proyectos de asesoramiento y educativos, medidas terapéuticas y trabajo de relaciones públicas en relación con el tema de los derechos de los niños y el diálogo político con partes en conflicto.

Por la inclusión social

La idea de la inclusión, es decir, que todos los seres humanos aprendan, vivan y trabajen juntos y participen con igualdad de derechos y posibilidades en la vida política, social y cultural adquiere creciente 
importancia desde hace varios años. Para sentar un precedente a nivel internacional a favor de la inclusión y la participación en la escuela, en enero de 2016 fueron distinguidos por segunda vez proyectos educativos con el Premio de Inclusión del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania. El primer premio, dotado con 10 000 euros, fue para el Colegio Europeo de Estambul por su proyecto “Ser diferente”. En su marco, los alumnos pudieron experimentar de primera mano en 
situaciones actuadas tanto limitaciones 
físicas como impedimentos de la visión y debilidades de concentración. Luego reaccionaron probadamente con más consideración ante compañeros de clase con deficiencias visuales.

Una prioridad en la política exterior y de desarrollo del Gobierno alemán es mejorar la situación de derechos humanos de las mujeres y las niñas en el mundo. Siguiendo el principio de “iguales derechos, iguales obligaciones, iguales posibilidades e igual poder”, Alemania aplica un 
enfoque de varias vías para fomentar la igualdad de derechos, por ejemplo, planificando e implementando todos los proyectos de cooperación para el desarrollo diferenciados por sexo (“gender main­streaming”), teniendo así en cuenta diferentes situaciones de vida de mujeres y 
niñas, respectivamente de hombres y muchachos. Ello puede manifestarse, por ejemplo, en diferentes paquetes de bienes de ayuda o la construcción de aseos separados en campos para refugiados.

Con medidas especiales de ayuda en países socios, Alemania aspira a reducir explícitamente desventajas específicas de sexo: ya sean el trabajo educativo sobre derechos humanos en Nicaragua o medidas de prevención de la violencia contra mujeres en Perú o Bolivia o en el diálogo político, el Gobierno alemán impulsa a todos los niveles que los derechos de las mujeres y las niñas sean respetados y asegurados. El marco de acción para ello lo ofrece la Convención de la ONU sobre la Eliminación de toda Forma de Discriminación contra la Mujer, de 1979.

La protección de activistas

Los acuerdos y las convenciones, sin embargo, no bastan para imponer los derechos humanos. También se necesitan seres humanos que tengan el valor de alzar su voz contra las violaciones de los derechos humanos a pesar de amenazas de ataques y represión. La protección de los activistas de los derechos humanos es por ello una de las áreas centrales de acción de la política exterior alemana. La Canciller Federal, el Ministro de RR. EE. y otros altos representantes de Alemania se reúnen una y otra vez con activistas, escritores, abogados y médicos: que gocen de atención es uno de los muchos medios para protegerlos. Simultáneamente, la política exterior alemana aboga a diferentes niveles por la abolición de la pena de muerte y el rechazo a la tortura.

Alemania busca decididamente en todo el mundo el diálogo sobre cuestiones básicas y fundamentales del Estado de derecho y lleva a cabo, por ejemplo, intensos Diálogos de Estado de Derecho bilaterales con China y Vietnam. La legalidad se plasma en particular medida en los derechos penal y procesal penal. Medidas de apoyo de Alemania en esa área son el asesoramiento para la elaboración de leyes, el reordenamiento de competencias entre la policía, la fiscalía y los juzgados y el fortalecimiento de instituciones a través de la formación y el perfeccionamiento de fiscales, jueces y abogados penales. En Perú, el Gobierno alemán apoyó de 2002 a 2015 la Reforma Procesal Penal también financieramente, con unos seis millones de euros.

La defensa de los derechos humanos no 
se puede limitar solo a la protección de ataques y discriminaciones. En muchos países está en peligro también, por ejemplo, el derecho humano a agua potable y saneamiento: más de 660 millones de seres humanos en todo el mundo carecen de acceso a agua potable y 2500 millones de personas no disponen de servicios sanitarios adecuados. Debido a las enfermedades de ello resultantes mueren cada año más niños que de malaria, sarampión y 
sida juntos. En 2013, Alemania y España, actuando conjuntamente, lograron convencer a la Asamblea General de la ONU de reconocer explícitamente el derecho humano al agua y el saneamiento. En 2015, la Asamblea General reafirmó esos mismos derechos en una nueva resolución 
sobre el tema. ▪