Ir al contenido principal

La cumbre en el palacio

Para la Cumbre del G7 en junio, Angela Merkel, la canciller federal, reservó el palacio Schloss Elmau: un encantador lugar en el sur profundo de Alemania

05.03.2015
© Schloss Elmau - G7 Meeting

A algo más de mil metros sobre el nivel del mar, rodeada de verdes prados de montaña, fabulosos bosques e imponentes montañas, como los magníficos Montes Wetterstein, se halla la meseta de Krün, en la Alta Baviera, dominada desde hace cien años por el palacio Schloss Elmau. Con su flora alpina protegida y su fauna de montaña, es un paraíso para los amantes de la naturaleza, senderistas y montañistas. Entre los 80.000 turistas que visitan anualmente el lugar se cuentan naturalmente también amantes de los deportes de invierno y a menudo una clientela adinerada, que con toda discreción encuentra en el “Luxury Spa & Cultural Hideaway” de Schloss Elmau un oasis de calma exclusivo y numerosas posibilidades de distensión, tales como hamamm, taichí, yoga y otras actividades de wellness. El hotel de cinco estrellas es además un centro de inspiración cultural. Músicos tales como Gidon Kremer y Martha Argerich ofrecen conciertos en pequeños círculos. Además de las estrellas internacionales de la música clásica y escritores se presentan sobre el escenario a menudo también políticos. En 2005, por ejemplo, Angela Merkel, antes de ser elegida canciller federal de Alemania. A comienzos del verano de 2015, el elegante hotel y el valle de Elmau, protegido como área natural, serán declarados “zona de alta seguridad” en una superficie de unos cuatro kilómetros cuadrados. El hotel espera altos invitados oficiales, de Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Canadá y los Estados Unidos. Alemania, que asumió a mediados de 2014 la presidencia del G7, es ahora, por sexta vez, sede de la Cumbre del G7, los días 7 y 8 de junio de 2015. Con Schloss Elmau, Alemania ofrece, como anfitriona, un marco idílico para el encuentro. Tratados serán, sin embargo, agudos problemas actuales de las políticas internacionales de relaciones exteriores, seguridad y desarrollo. 

La Cumbre del G8 de 2007 se realizó en el vasto norte de Alemania, cerca de la playa, a orillas del Mar Báltico. Esta vez, los “siete grandes” de la economía mundial se reúnen en un enclave protegido por la naturaleza, en el sur profundo de Alemania. Al valle llevan solo senderos y una pequeña ruta con peaje. El encuentro supone, sin embargo, igualmente un desafío especial, sobre todo para el Gobierno de Baviera, que desde comienzos de 2014 prepara el evento junto con diversos ministerios federales. En 1975, con ocasión de la primera cumbre, impulsada por Alemania y Francia, el grupo se reunió ya en otro palacio, el Château de Rambouillet, cerca de París, en el que habían residido Luis XVI y Napoleón. Hasta su apertura al público, en 2009, Rambouillet había sido durante más de cien años la residencia oficial veraniega de los presidentes de Francia. Se dice que la idea de la realización de las cumbres la tuvieron el presidente francés Valéry Giscard d‘Estaing y el canciller federal alemán Helmut Schmidt junto a la lumbre de la chimenea de Rambouillet. 

Quien indaga en la historia de la construcción de Schloss Elmau no encuentra ricos nobles bávaros, sino un teólogo y filósofo protestante con poco dinero llamado Johannes Müller. Financiado por su mecenas, la condesa Elsa Waldersee, de soltera Haniel, Müller construyó entre 1914 y 1916 un edificio en forma de palacio exactamente en el lugar donde estaba un hotel en el que solía pernoctar el rey bávaro Luis II antes de ser construida la posada “Königshaus am Schachen”, a 800 metros de altura. Para el predicador Müller y su entonces creciente grupo de seguidores, Elmau fue un refugio para la introversión ascética alemana y un espacio libre para la vida espiritual de la comunidad. Ya entonces comenzaron a realizarse las obligatorias veladas de baile y se desarrolló la tradición de la música de cámara, viva hasta hoy. En sus textos, Müller glorificó el nacionalsocialismo, lo que le valió un proceso de desnazificación después de la guerra. El resultado: Elmau fue confiscado por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. A partir de 1947, el estado de Baviera usó el edificio como sanatorio de reposo. A comienzos de los años 50 fue devuelto a los sucesores de su fundador, fallecido en 1949, y transformado nuevamente en hotel. También fueron reiniciadas las series de conciertos, por ejemplo con las Jornadas Musicales Germano-Inglesas, en cuyo marco se presentaron incluso Benjamin Britten y su tenor preferido, Peter Pears. 

Nuevos vientos en los viejos muros soplan desde 1997, año en el que el cosmopolita nieto del fundador de Elmau, Dietmar Müller-Elmau, asumió la dirección del hotel. Müller-Elmau lo modernizó y creó varios spas y restaurantes, bibliotecas y boutiques. Además amplió el programa cultural con música internacional, joven literatura y foros políticos sobre temas actuales. Desde entonces, el hotel ha recibido numerosos premios internacionales. 

Como en cumbres anteriores, los organizadores esperan que arriben unos 5000 periodistas de todo el mundo, para los que se crea un centro de prensa en el Estadio Olímpico de Garmisch-Partenkirchen. Muy avanzadas están ya también diversas medidas de embellecimiento e infraestructura en la región.  

La Asociación Turística “Alpenwelt Karwendel”, que trabaja para las comunas de Krün, Mittenwald y Wallgau, espera que la realización de la cumbre atraiga próximamente a más turistas a la región. En todo caso se deben tender aún muchos kilómetros de cable de banda ancha, necesarios para un mega­evento como la cumbre del G7. Ya antes de comenzar el invierno se terminó de construir el helipuerto, en el que en junio aterrizarán, seguramente no en orden alfabético, Shinzo Abe de Tokio, David Cameron de Londres, Stephen Harper de Ottawa, François Hollande de París, Barack Obama de Washington, Matteo Renzi de Roma y Angela Merkel de Berlín. Para ello fue asfaltado un aparcamiento para senderistas, pero con la firme promesa, luego de airadas protestas de ecologistas, de quitar el asfalto una vez que termine la cumbre. Una propuesta sencilla y pragmática. ▪