“Defender los derechos fundamentales en todos los aspectos”
Una asociación acude a tribunales por la igualdad de derechos y la libertad de expresión. Ulf Buermeyer, su presidente, explica por qué.
Herr Buermeyer, qué metas se ha trazado la Sociedad pro Libertades Civiles (GFF)?
La GFF es en cierto modo el seguro de defensa jurídica de la Constitución. Los derechos fundamentales no se imponen por sí mismo. Hace falta gente que lleve los casos ante tribunales para que los derechos fundamentales tengan efectos en la práctica.
¿Puede darnos un ejemplo?
El Servicio Federal de Inteligencia estaba autorizado antes a a vigilar a personas que no vivían en Alemania y no tenían pasaporte alemán. La GFF opina, sin embargo, que los derechos fundamentales anclados en nuestra Constitución se aplican a todas las personas, en todo caso en lo que respecta a la protección frente a las autoridades alemanas. Por eso recurrimos al Tribunal Constitucional Federal y este falló a nuestro favor en mayo de 2020.
Como el anterior, muchos de sus casos tienen que ver con la digitalización y la protección de datos.
Sí, pero queremos proteger los derechos fundamentales en todos los aspectos. Por eso también nos oponemos, entre otras cosas, a la discriminación. Por ejemplo, la GFF demandó a un club de pesca de Baviera, en cuyo concurso anual de pesca solo podían participar hombres. Con nuestra demanda apoyamos a una mujer que quería participar. Los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos, eso es lo que dice la Constitución y eso debe aplicarse también a los clubes. El tribunal de distrito competente ha fallado a nuestro favor, pero el club ha recurrido el fallo. Vamos a ver cómo sigue…
En Alemania se debate sobre la pertinencia de restringir los derechos fundamentales a causa de la pandemia del coronavirus. ¿Cuál es su posición al respecto?
Considero que la respuesta política a la crisis del coronavirus es básicamente compatible con los derechos fundamentales. Por supuesto, la GFF ha estado alerta desde el principio y analizado las medidas, sometiéndolas a un “control de derechos fundamentales”. Ciertamente, hubo algunas medidas que fueron demasiado lejos. Pero la acusación de que en la pandemia la Constitución ha sido abolida es un disparate. Pero, independientemente de la pandemia, lamento decir que seguimos observando grandes déficits, por ejemplo, en materia de protección contra la vigilancia estatal. Espero que eso cambie. La GFF quiere contribuir a que se conceda a los derechos fundamentales más importancia también en ese ámbito.
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