“Me gusta aprender siempre algo nuevo”
Christine Weigand conoce el mundo como representante adjunta de UNICEF.
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Christine Weigand acaba de cambiar de puesto de trabajo, trasladándose para ello varios miles de kilómetros. Se mudó de Madagascar a Irán, de Antananarivo a Teherán, de un país muy pobre a uno relativamente rico. “Justamente eso me agrada”, dice Weigand, 38, que trabaja para el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), “ir de un país a otro, aprender siempre algo nuevo, confrontarme una y otra vez con otras culturas”. Weigand es en Teherán “Deputy Representative”, representante adjunta. Pero ya antes había recogido experiencias a nivel internacional. Habla, además de alemán, fluidamente francés, inglés, español y bastante de neerlandés. Estudió economía política en el exterior y trabajó, entre otras instituciones, en el Banco Mundial y el banco alemán de fomento KfW. Pero no es sino ahora, desde que comenzó a trabajar para UNICEF, hace cuatro años, que puede hacer realidad su sueño de conocer el mundo y simultáneamente realizar “un pequeño aporte para mejorarlo”. Lo que la impulsa es una mezcla de espíritu de aventura e idealismo.
En Madagascar, su trabajo consistió en luchar contra la masiva pobreza entre los niños y mejorar el sistema de asistencia social a través de bienintencionados consejos a las autoridades. Su posición era la de “Chief Social Policy”, jefa de Política Social. En Teherán, su cargo como representante adjunta implica más tareas de gestión y de relaciones públicas. Lo central en Irán es ganarse la confianza de las autoridades, justamente ahora en tiempos de transformación. En Teherán permanecerá previsiblemente cuatro años, para luego seguir su periplo por el mundo. Pero sean cuales sean la tarea y el país en el que trabaje en el futuro, el puesto en UNICEF es para Christine Weigand “sin duda un sueño”. ▪
CHRISTINE WEIGAND
Representante adjunta de UNICEF en Teherán