Tomándole el pulso al votante
Matthias Jung, especialista en demoscopia, explica cómo se realizan los pronósticos electorales y por qué, a veces, fallan.
Las encuestas son pronósticos y extrapolaciones, pero no resultados electorales. Matthias Jung, primer ejecutivo del grupo de investigación sobre elecciones “Forschungsgruppe Wahlen” explica cómo funciona la demoscopia y qué deben tener en cuenta él y su equipo antes de las elecciones para el Bundestag.
“¿Cómo nos preparamos para las elecciones para el Bundestag? ¡Muy minuciosamente! Por eso comenzamos con la planificación casi un año antes. Primero procesamos el material estadístico de elecciones pasadas. Luego planeamos un muestreo aleatorio, para el que son elegidos distritos electorales al azar. El día de las elecciones encuestamos allí a las personas que acaban de votar. Esos resultados son la base para el pronóstico de las 18 horas. Las elecciones para el Bundestag son un desafío logístico: ese día salen a la calle más de 900 entrevistadores.
No obstante, para nosotros, el 24 de septiembre no es un día para ponernos nerviosos: tenemos mucha rutina en hacer encuestas, pronósticos y análisis electorales. Tanto durante el periodo legislativo como poco antes de las elecciones llamamos por teléfono a 1.250 personas habilitadas para votar y le tomamos el pulso, por medio de un detallado cuestionario, al ambiente político en Alemania. Sobre ello se basa la “proyección”, en la que incluimos la lealtad a determinados partidos políticos, pero también reflexiones tácticas de los encuestados. De esa forma calculamos qué resultado se produciría si las elecciones para el Bundestag tuvieran lugar el domingo próximo.
De acuerdo con la ley de probabilidades, por la selección aleatoria de personas y con un número suficiente de encuestados, los resultados son considerados representativos. Intentamos no cometer errores trabajando con meticulosidad y recurriendo a nuestra experiencia. Pero, particularmente en el caso de los partidos populistas y extremistas, la incógnita es grande, ya que sus seguidores no siempre dan a conocer sus opiniones políticas. Eso lo tomamos en cuenta en las ponderaciones. No obstante, hay que dejar la interpretación de los datos en manos de expertos, para evitar errores como en el referendo del “brexit” y las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Muy importante: las encuestas no son pronósticos. Son solo un baremo que refleja el estado de ánimo en el momento de la encuesta. Nadie puede predecir el desarrollo de los sucesos políticos en el mundo. Solo el día de las elecciones hablamos de pronósticos. A diferencia de las encuestas, los pronósticos están basados en decisiones tomadas y no en intenciones. Luego del cierre de las mesas electorales, con las extrapolaciones, basadas en el cómputo oficial de votos, nos vamos aproximando sucesivamente al verdadero resultado. Entonces ha llegado también el momento de nuestros análisis de las elecciones”.
Entrevista: Christina Pfänder