Experimentando la frontera
Donde la historia de las 2 Alemanias se hace palpable: lugares de memoria que garantizan que el pasado no se olvide.
Para muchos, la Alemania oriental (RDA) hace tiempo que es historia, y la división de Alemania terminó hace más de tres décadas. Esto hace que los lugares de la memoria sean aún más importantes para garantizar que este periodo no se olvide.
El Muro de Berlín
El Muro es historia, pero algunas partes siguen en pie. El más largo de ellos es la mundialmente conocida East-Side-Gallery, en el barrio berlinés de Friedrichshain. En un tramo de 1,3 kilómetros de longitud del Muro, 118 artistas de 21 países se han inmortalizado con sus grafitis, uno de los cuales muestra el icónico "beso fraternal" entre el presidente del Consejo de Estado de la RDA, Erich Honecker, y el líder de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev.
El céntrico Berlin Wall Memorial, situado en la Bernauer Strasse, entre los distritos Mitte y Wedding, adentra a los visitantes en la historia alemana. Casi ninguna otra zona ofrece a los visitantes una sensación tan palpable de la época de la división entra las 2 Alemanias: aquí se ha reconstruido la franja de la muerte con la torre de vigilancia y la ruta de patrullaje, y una "Ventana de la Memoria" muestra retratos de personas que perdieron la vida en el Muro. Ya en tiempos de la RDA, la Bernauer Strasse era una frontera especial. Donde hoy se extiende un paisaje de parques, antes había un cementerio. Más de 1.000 tumbas tuvieron que ser trasladadas debido a la construcción del Muro, y la capilla del cementerio fue volada. Hoy en día, el sitio conmemorativo incluye la moderna Capilla de la Reconciliación, donde se recuerda periódicamente a las víctimas de la división.
Puesto de control Friedrichstrasse
Aunque el Muro a lo largo de la Bernauer Strasse dividió desgarradoramente a una congregación eclesiástica, a amigos y a familias, también hizo posible el tráfico fronterizo entre los dos Estados alemanes. Para ello, en 1962 se construyó el Palacio de las Lágrimas (Tränenpalast) oficialmente llamado puesto de control fronterizo Berlín-Friedrichstraße. Hoy en día, esta sala de espera es el centro de una conmovedora exposición. Fotos, documentos, audios, piezas de equipaje y un mostrador de atención original ofrecen una imagen auténtica del dolor que la división entre las 2 Alemanias causó a muchas personas durante décadas.
La franja de la muerte que cruzaba un pueblo
La frontera generó también franjas de la muerte que cruzaban pequeños pueblos. Por ejemplo, en el pueblo de Mödlareuth, a unos 80 kilómetros al sur de Jena. El estrecho arroyo Tannbach, situado en el centro del pueblo, pasó a formar parte del Telón de Acero entre el Este y el Oeste tras la Segunda Guerra Mundial. Mödlareuth oriental pertenecía a la zona de ocupación soviética, la parte occidental estaba bajo la protección de Estados Unidos. En los primeros años de la posguerra, los ciudadanos aún podían llegar al otro lado del arroyo con salvoconductos, pero a partir de 1952, el régimen del SED levantó primero una alta valla, y luego, a partir de 1966, un muro de hormigón de 700 metros de longitud, que convirtió el pequeño pueblo de 50 habitantes en el "pequeño Berlín". Partes del Muro y la antigua torre fronteriza forman parte ahora del Deutsch-Deutsches Museum en Mödlareuth. Aquí sigue habiendo una frontera, pero sólo una invisible entre dos Estados federados de la RFA, porque la parte occidental de Mödlareuth es bávara y la oriental pertenece a Turingia, pero el estrecho arroyo Tannbach puede ser cruzado por todos los ciudadanos sin problemas.
La frontera también era lugar de tránsito
A unos 250 kilómetros al noroeste se encuentra el antiguo paso fronterizo de Duderstadt-Worbis. Aquí, la división política entre las 2 Alemanias separó las ciudades de Gerblingerode, al oeste, y Teistungen, al este, que antes estaban estrechamente vinculadas. El Museo de la Frontera de Eichsfeld es un centro conmemorativo sobre la vida en una Alemania dividida. Este sitio en el distrito de Eichsfeld se caracterizó por el llamado "pequeño tráfico fronterizo", que al menos permitió a los occidentales visitar a sus amigos y familiares en la RDA a partir de 1973. En Duderstadt-Worbis se registraron casi seis millones de cruces de frontera entre 1973 y 1989: una cifra inmensa que demuestra la enorme repercusión de la división en la vida y las relaciones personales. El recinto del museo incluye las instalaciones fronterizas, como el búnker de observación y la torre de vigilancia, donde todavía se pueden ver los equipos de conmutación y señalización de los guardias fronterizos de la RDA.
Los que huían debían ser "eliminados"
La brutalidad con la que se respondía a los intentos de huida se puede apreciar en el Museo de la Frontera Schifflersgrund, cerca de Bad Sooden-Allendorf. La exposición se centra particularmente en el destino de los que intentaron salir de la RDA arriesgando sus vidas. Sólo en la frontera interior de Alemania, entre Hesse y Turingia, murieron 26 personas tratando de escapar. El texto de la orden de fusilamiento, cuya existencia siempre fue negada oficialmente por la RDA, es tan triste como desgarrador. Por esa orden, los guardias fronterizos de la RDA estaban obligados a "eliminar" a quienes huían.