
Explicar la ciencia, incluso cuando se trata de temas delicados
Desde 2016, la joven neurobióloga Stina Börchers está presente en redes sociales. Aquí nos cuenta qué es lo que más valora en su papel de divulgadora científica.

¿Cómo se llega a ser científica o científico? ¿Cómo se prepara un experimento? ¿Cómo se sobrelleva la frustración cuando algo no sale como debería (algo que, por desgracia, pasa más a menudo de lo que nos gustaría)? ¿Qué te pones cuando te invitan a una conferencia científica y quieres causar buena impresión sin dejar de ser tú misma?
Con este tipo de preguntas, Stina Börchers comenzó en 2016 una especie de diario de estudio en Instagram. “Para mí fue una forma genial de enseñar a mi familia y amigos en qué consistían mis estudios.”
Poco después, surgió una motivación aún más poderosa: Börchers es la primera de su familia en ir a la universidad, y su entorno apenas tenía contacto con el mundo académico. Quiere animar a otros jóvenes, especialmente a chicas que tal vez sientan que la ciencia no es un lugar para ellas. Börchers quiso romper con esa idea “y demostrar que la ciencia es un entorno muy internacional y que, como mujer, claro que puedes llegar lejos.”
La especialidad de Börchers es la neurobiología. Comenzó sus estudios en Alemania, en la Universidad de Bremen. Actualmente investiga en la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, y ya ha defendido con éxito su tesis doctoral. Su campo de estudio se centra en cómo el cerebro regula nuestra conducta alimentaria, qué papel juegan las hormonas en este proceso y qué diferencias existen entre hombres y mujeres. El objetivo de Börchers es explicar la ciencia de forma clara y accesible. Un buen ejemplo es el caso de Ozempic, ese supuesto medicamento milagroso para adelgazar, del que, según ella, se ha hablado de forma muy sesgada. “Lo que mucha gente no sabe: son sobre todo mujeres jóvenes las que están usando este medicamento. Y precisamente ellas son las que más suelen sufrir efectos secundarios como bajones anímicos o trastornos de ansiedad.” Hace poco publicó un artículo sobre este tema junto a la responsable de su grupo de investigación.
En sus publicaciones, lo que más le importa es generar confianza. “Tiene que quedar claro: quien habla aquí lo hace basándose en hechos científicos, con datos fiables.” A menudo rastrea a propósito las tendencias en Instagram y TikTok para analizarlas desde su experiencia: ¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿En qué deberíamos ser más críticos?
Apoyo ante temas delicados
A día de hoy, acumula miles de seguidores en Instagram y TikTok. “Muchos son estudiantes de secundaria con curiosidad por el trabajo de los científicos, otros son doctorandos, pero al menos un tercio no tiene nada que ver con el mundo de la ciencia.”
Además de su labor investigadora, Börchers también imparte clases en el Instituto Nacional de Comunicación Científica (NaWik). En sus seminarios, ayuda a desarrollar estrategias de comunicación personalizadas, especialmente enfocadas a redes sociales. Anima a los investigadores a mostrarse y tener presencia pública, incluso cuando trabajan en áreas controvertidas. Y lanza una recomendación clara: “Precisamente en los temas delicados es fundamental crear redes y compartir experiencias.”







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