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Ayuda para niños y mujeres

En el centro Mädchenbüro Milena, en Fráncfort, mujeres ucranianas pueden aprender alemán mientras sus hijos reciben atención. 

Lauralie Mylène Schweiger, 01.04.2022
El centro Mädchenbüro Milena, en Fráncfort
El centro Mädchenbüro Milena, en Fráncfort © Mädchenbüro Milena

"Ofrecer espacio para llegar" es el lema de Mädchenbüro Milena. Todos los días, nuevas mujeres ucranianas acuden a las soleadas salas del centro en Fráncfort para asistir a cursos de alemán gratuitos o para aprovechar el servicio de guardería. Actualmente hay más de 40 mujeres, señala Maneesorn Koldehofe, que fundó Milena en 2014. Normalmente, los proyectos que se llevan a cabo aquí están dirigidos a empoderar a mujeres y niñas con antecedentes migratorios. La guerra en Ucrania ha supuesto un reto adicional para el personal: en muy poco tiempo, organizaron voluntarios para los cursos de alemán y el cuidado adicional de niños. También apoyan a los refugiados en sus relaciones con las autoridades.

Ofrecer orientación

Muchas mujeres ucranianas han huido con sus hijos y tienen que criarlos ahora solas. No queda tiempo para cursos de idiomas. Milena quiere contrarrestar esto a fin de posibilitar su inclusión. Una de las 15 participantes es Natalia. Es de Kiev y vive ahora con su hermana menor junto con amigos en Fráncfort. "Mi madre sigue en Ucrania, no quería dejar solo a mi padre", dice la joven de 24 años. Para ella, es importante aprender el idioma para poder orientarse. Pero Maneesorn Koldehofe explica que eso no es todo: "Nadie sabe cuánto durará la guerra. No podemos hacer planes a largo plazo". Al menos en Milena las mujeres pueden intercambiar ideas y encontrar vínculos en el mundo exterior.

Transmitir normalidad

"Die Pflanze", "Fenster auf/zu", "Licht an/aus" ("La planta", "abrir/cerrar la ventana", "encender/apagar la luz"): en el curso de alemán de Claudia apenas hay objetos que no estén etiquetados. Se oyen muchas risas en clase. Las mujeres que saben inglés traducen las frases al ucraniano para los demás. Se improvisa mucho, pero no se trata de conseguir buenas notas de alemán. Después de sólo dos semanas Natalia ya puede decir algunas frases con una gramática perfecta. Mientras las mujeres aprenden, los niños son atendidos. Algunos están traumatizados, por lo que se necesita mucha sensibilidad. Sobre todo "ejercicios tranquilos", como pintar mándalas, sirven para distraer un poco a los niños.

Ofrecer espacio para llegar

En Milena, los miembros del personal atienden a familias que se encuentran al límite de sus fuerzas tras seis días de huida. Otros rellenan las solicitudes junto con las mujeres ucranianas, preguntando por el padre, y algunos de los cuales ya no viven. "Todos vemos las reacciones de los niños. No pasan por nosotros sin dejar huella", describe Koldehofe su nueva rutina diaria. Se evitan las lágrimas de compasión tanto como el exceso de preguntas. Milena quiere dar a los que buscan protección un espacio para llegar. A veces eso significa simplemente estar ahí y acompañar.

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