Jóvenes activistas medioambientales: Hechos, no palabras

La primera luz del día asoma sobre el Elba; la niebla aún se extiende sobre el agua mientras jóvenes con botas de agua, guantes y rostros decididos avanzan con esfuerzo por la orilla del río. Su misión: combatir la avalancha de basura en la isla de Neßsand, en el Elba. Es el Coastal Cleanup Day, y los miembros de la Juventud para la Conservación de la Naturaleza (NAJU) en Hamburgo quieren dejar huella en la lucha contra la contaminación de los mares.  

“Aquí recogemos todo tipo de cosas, desde botellas de plástico hasta fragmentos de poliestireno y neumáticos de coche. Todo este material acabaría flotando directamente en el mar”, dice Luis Manewald, un estudiante de secundaria de 18 años, señalando los sacos repletos. Al final del día, el balance es impresionante y, al mismo tiempo, inquietante: se han recogido unos 500 kg de residuos. Se trata sólo de una pequeña parte de las masas de basura que llegan a la costa cada día, costando la vida a innumerables animales y aves marinos.  

“Hay que hacer algo” 

Pero Luis no se desanima: “No sirve de nada esconder la cabeza en la arena o limitarse siempre a hablar, hay que hacer algo.” Siempre le ha apasionado la naturaleza, pasear por el bosque y observar a los animales. Hace tres años, un documental sobre la ganadería industrial fue el detonante para Luis: desde entonces es vegano y, desde hace año y medio, forma parte de NAJU, la mayor asociación infantil y juvenil de Alemania dedicada a la protección de la naturaleza y el medio ambiente. “Aquí he encontrado una comunidad de personas que piensan igual que yo. Debatimos, participamos en manifestaciones, asistimos a talleres o llevamos a cabo acciones prácticas, como recoger basura en Neßsand”, comenta Luis. Pronto quiere estudiar geografía y, en el futuro, dedicarse a la investigación para impulsar la protección del medio ambiente. 

La protección climática es un tema prioritario 

Millones de jóvenes en Alemania piensan y actúan como Luis. La preservación de los recursos naturales es uno de sus temas prioritarios. Detrás de cada protesta y cada proyecto hay historias personales y convicciones profundamente arraigadas.  

Fridays for Future es el movimiento estudiantil más conocido. Desde 2018, también cuenta con muchos seguidores en Alemania. Portavoces como Luisa Neubauer o Carla Reemtsma son invitadas habituales en los programas de debate. Aunque el movimiento ha perdido algo de fuerza, 75.000 personas se movilizaron en 110 localidades de Alemania durante la última huelga climática, el 20 de septiembre de 2024.  

Además del deseo de cambio y la participación activa, el sentido de comunidad es un factor clave que impulsa a muchos jóvenes a unirse a organizaciones juveniles de NABU, BUND, Greenpeace y otras asociaciones ecologistas. “Hacemos algo que vale la pena y, al mismo tiempo, lo pasamos genial”, dice Luis Manewald.