“Hablar más sobre la libertad de prensa”
En un documental, renombrados periodistas investigativos alemanes dan una visión de su trabajo. Aquí cuentan por qué.
Los Papeles de Panamá, los Papeles del Paraíso, el "escándalo de Ibiza": muchas de las principales revelaciones periodísticas de los últimos años están relacionadas con los nombres de Bastian Obermayer y Frederik Obermaier. Los dos periodistas del periódico Süddeutsche Zeitung (SZ) han recibido numerosos premios por sus investigaciones, incluido el Pulitzer. El documental “Hinter den Schlagzeilen” (Detrás de los titulares), de Daniel Sager, que se estrenará en mayo de 2021, ofrece una visión inédita de su trabajo.
Sr. Obermaier, Sr. Obermayer, ¿qué supuso para ustedes, como periodistas de investigación que trabajan normalmente en segundo plano, convertirse de pronto en protagonistas?
Frederik Obermaier: No fue una decisión fácil participar en ese proyecto cinematográfico. Nuestra principal preocupación era el posible peligro para nuestras fuentes. Al final, nos convenció el argumento de que vivimos en una época en la que el periodismo no se puede explicar con la necesaria frecuencia y transparencia. Por ejemplo, existe la idea de que los periodistas reciben una información explosiva y la publican en la web pocos minutos después. En realidad, una publicación de ese tipo viene precedida de un largo proceso de revisión y cuestionamiento, en el que, naturalmente, también damos siempre a la parte que acusamos la oportunidad de pronunciarse.
En la película, todo se ve muy sobrio, retraído, casi sin emoción. Sin embargo, el periodismo de investigación también se desarrolla hoy en el marco de formatos de entretenimiento. Piense en cómicos como el estadounidense John Oliver o el alemán Jan Böhmermann. ¿Qué opina de ello?
Bastian Obermayer: Creo que la mezcla de investigación y entretenimiento funciona muy bien en ese tipo de programas y me agrada mucho, también porque así se llega a un gran público. Por supuesto, los temas más áridos lo tienen más difícil en un show, pero básicamente cualquier investigación puede ser increíblemente entretenida si se presenta realmente bien. Si aprovechas el hecho de que puedes sorprender a la gente con ello. Eso es también lo que pretendemos: queremos que la gente diga después de leerlo: "¡No es posible!". De hecho, creo que ese asombro ante una anomalía, ante su importancia, ante la magnitud de un problema, es necesario para generar suficiente atención en una época en la que todo el mundo está constantemente distraído.
Pero sus medios son muy diferentes a los de los programas de entretenimiento, ¿o no?
Frederik Obermaier: Creo que con un show emocional y bullicioso se llega a un público diferente al que podemos alcanzar nosotros, con nuestro formato más sobrio. Eso también significa, por cierto, que trabajamos de forma comparativamente lenta. Si bien somos empleados de un diario, en nuestras investigaciones tendemos a pensar en términos de semanas, meses e incluso ciclos anuales. Porque sabemos que necesitamos ese tiempo para investigar y presentar exhaustivamente un tema.
Periodistas que pasan años investigando: un diario tiene que poder financiarlo...
Bastian Obermayer: Muchos colegas están ahora sometidos a una enorme presión de tiempo y, de hecho, no tienen capacidad de investigación. Por otro lado, en muchos lugares se están creando departamentos de investigación, porque los medios de comunicación han reconocido que un buen departamento investigativo los distingue de otros competidores. En el SZ tenemos la suerte de contar con esas buenas condiciones de trabajo.
Pero quizás esa idea de la competencia ya no esté en consonancia con los tiempos que corren. Muchas de las investigaciones más importantes de los últimos años no habrían sido posibles sin la cooperación de empresas de comunicación que normalmente compiten entre sí. Sobre todo, los Papeles de Panamá, que fueron filtrados primero al SZ…
Frederik Obermaier: Nadie, ni siquiera un grupo mediático global, como la CNN, podría haber hecho solo una investigación como la de los Papeles de Panamá, con sus más de once millones de documentos. Esa es una de las razones por las que en los últimos años se observa una tendencia a la cooperación. Los periodistas buscan la cooperación, la imagen del lobo solitario ha sido sustituida por una mentalidad de “el poder del grupo”. Los problemas transfronterizos se abordan mejor con un equipo transfronterizo. Es fantástico el número de revelaciones que fueron y son posibles de esa manera. En el futuro, sin embargo, sería importante incorporar a esos equipos más periodistas de países emergentes. Por el momento, las redes siguen fuertemente ancladas en el mundo occidental.
El informante Edward Snowden, que hace una breve aparición en la película, describe las publicaciones sobre los Papeles de Panamá como algo innovador. ¿Tiene en sus investigaciones en cuenta siempre el potencial impacto?
Bastian Obermayer: Intentamos no medir nuestras historias por el éxito que puedan tener. Señalamos una anomalía, pero no somos responsables de las reacciones que genera. Pero es cierto: no conozco ninguna investigación que haya tenido un impacto más concreto que los Papeles de Panamá. Sencillamente porque afectaron a muchos países: desde dimisiones y detenciones de jefes de Gobierno hasta nuevas investigaciones y leyes para frenar el blanqueo de capitales. Por cierto, el impacto del escándalo de Ibiza nos sorprendió totalmente. No esperábamos tantas reacciones: ya al día siguiente de la publicación, miles de personas se manifestaron frente a la sede del Gobierno austriaco; Heinz-Christian Strache, populista de derecha y vicejefe de Gobierno, tuvo que dimitir y se convocó a nuevas elecciones. Pero no se puede ni se debe contar con algo así.
Cuanto mayor sea el potencial impacto de una revelación, más peligroso puede ser para los periodistas que trabajaron en ella. En octubre de 2017, una de sus colegas, la periodista Daphne Caruana Galizia, fue asesinada con un coche bomba en Malta.
Frederik Obermaier: Por desgracia, hace tiempo que muchos de nuestros colegas internacionales se enfrentan a amenazas todos los días. El espantoso asesinato de Daphne ha demostrado que debemos hablar más de la libertad de prensa y de cómo podemos defenderla. Por ejemplo, cuando los jefes de Estado llaman a los periodistas “enemigos de la sociedad”. Eso prepara verbalmente el terreno para la violencia. Es algo deleznable a lo que, como periodistas y sociedad, debemos enfrentarnos claramente.