Patrimonio Mundial – Mar de Wadden
A lo largo de la costa alemana, neerlandesa y danesa del mar del Norte, la interacción de las mareas ha creado un paisaje natural extraordinario: el mar de Wadden.
El mágico espectáculo comienza nuevamente cada seis horas: en el mar de Wadden, el continuo cambio de marea baja y marea alta muestra las increíbles fuerzas de la naturaleza y cómo dos veces por día puede retirarse el agua en una franja de hasta 30 kilómetros de ancho. Las mareas dan a este singular paisaje costero un rostro permanentemente cambiante. En el año 2009, la UNESCO declaró patrimonio mundial las costas neerlandesas y alemanas del mar de Wadden. Cinco años después, se añadió también la parte danesa, el parque nacional Vadehavet, a este tesoro único que atraviesa tres países.
El mar de Wadden es también un biotopo único y el mayor ecosistema del mundo en su tipo. Se trata de uno de los tres patrimonios mundiales que tiene Alemania: uno de los dos paisajes naturales alemanes con categoría de patrimonio mundial, junto con los antiguos bosques de hayas en distintos parques nacionales (el tercer patrimonio mundial es el sitio fosilífero de Messel). De este modo, el mar de Wadden se halla al mismo nivel que otras maravillas naturales famosas, como el Gran Cañón en Estados Unidos, la Gran Barrera de Coral en Australia y las Islas Galápagos en la costa de Ecuador.
Gusanos de arena y focas grises, cárdidos y hierbas marinas: en unos 10 000 kilómetros cuadrados se halla una extraordinaria variedad de aproximadamente 10 000 seres vivientes, entre animales, plantas y microorganismos, adaptados a este paisaje en constante cambio, algunos de los cuales solo viven aquí. Asimismo, el mar de Wadden es el sitio en el que todos los años unos diez a doce millones de aves migratorias hacen una pausa para buscar alimento en su vuelo de Sudáfrica al norte de Siberia o, incluso, Canadá. Escondido bajo el fondo del mar se halla un particular tesoro del mar de Wadden: en un metro cúbico de agua, cieno y arena viven hasta 100 000 microanimales, a menudo, bien camuflados e indetectables a primera vista.
El mar de Wadden y las personas
Cieno negro, aire salado, dunas de arena blanca y tumbonas coloridas: el mar de Wadden no es solo un tesoro ecológico, sino también un popular destino de vacaciones. El nuevo patrimonio mundial, del que forman parte también las cinco islas Frisias septentrionales y las siete islas Frisias orientales, tiene mucho para ofrecer a los turistas. Bajo el lema “Vivir el Wadden” (en alemán: “Watt erleben”), cada año llegan muchos millones de turistas para pasar algunas horas, días o semanas en la amplia costa de poco más de 450 kilómetros de longitud, donde aprovechan para sentir la arena o el cieno del lecho marino en sus pies y andar por el Wadden con sus pantalones arremangados cuando la marea está baja, mientras que otros deciden pasear en carruaje o realizar excursiones en barco. A lo largo de la costa y en las islas, numerosos centros de información y senderos naturales de los parques nacionales permiten echar un vistazo al fascinante mundo del mar de Wadden. Un trabajo de sensibilización que combina el turismo con la protección de la naturaleza y genera una mayor conciencia en relación con este oasis único en el mar.