Vienen las ciclovías rápidas
El auge de las bicicletas eléctricas impulsa las nuevas ciclovías rápidas.
Vienen las ciclovías rápidas. La ciudad universitaria de Gotinga ya inauguró un tramo entre el campus y la estación central de ferrocarriles. En la región metropolitana de Fráncfort-Rin-Meno se planea construir un tramo entre Fráncfort y Darmstadt. Y el estado federado de Renania del Norte-Westfalia proyecta una ciclovía rápida de cien kilómetros de largo en la Cuenca del Ruhr, que partirá de Duisburgo, pasando por Mülheim, Essen, Gelsenkirchen, Bochum, Dortmund, Unna hasta Hamm. Actualmente existe un amplio consenso para la creación de ciclovías rápidas, ya que protegen tanto el clima como la salud y el medio ambiente. El problema es que los proyectos cuestan mucho dinero. No basta con ampliar las ciclovías ya existentes. Las nuevas rutas para bicicletas se construirán separadas de las calles y carreteras para automóviles y de las aceras para transeúntes. Además tendrán en lo posible una conexión con los centros de las ciudades y los medios de transporte público. Tendrán entre tres y cuatro metros de ancho, para permitir adelantar también en caso de tráfico en sentido contrario. Se planea asimismo que estén libres de obstáculos, tales como cruces y semáforos, para permitir que las bicicletas alcancen una alta velocidad promedio. Para ello es necesario también una calzada de alta calidad e iluminación.
Futurista autopista de Norman Foster
Decisivos impulsos a este proceso proporcionan las bicicletas eléctricas. En Alemania circulan ya más de 1,6 millones. Y las ventas aumentan aceleradamente, porque, además de las personas mayores, también cada vez más jóvenes descubren sus ventajas, sobre todo en las regiones metropolitanas. De acuerdo con un reciente estudio, el 23 por ciento de las personas activas pueden imaginarse ir al trabajo en una bicicleta eléctrica y dejar el auto en casa.
Pioneros en ese proceso fueron los Países Bajos. Ya en los años 1980 fueron construidas allí las primeras ciclovías rápidas de prueba. La idea más osada de autopistas para bicicletas la desarrolló el arquitecto estrella británico Norman Foster para Londres. Se trata de una vía elevada futurista (SkyCycle), apoyada sobre rieles que uniría los diversos barrios. Los costos son también enormes: 220 millones de libras (270 millones de euros) para un tramo de algo más de seis kilómetros.
