País de la diversidad
Alemania es un país polifacético en el que vale la pena vivir. Atractivas ciudades y variados paisajes, tales como el Mar del Norte y los Alpes, fascinan a los numerosos visitantes.
Amor por la naturaleza y entusiasmo por la vida urbana, alimentación sana y restaurantes para sibaritas, tradiciones y apertura al mundo: Alemania es, con 357.000 kilómetros cuadrados de superficie, el cuarto mayor país de la Unión Europea (UE), después de Francia, España y Suecia. De los mares del Norte y Báltico hasta los Alpes, Alemania está estructurada geográficamente de norte a sur en las siguientes regiones: las Tierras Bajas del Norte, las Montañas Medias de Alemania Central, las Montañas Medias del Sudoeste, los Paisajes Prealpinos del Sur y los Alpes de Baviera. La distancia más larga de norte a sur son 876 kilómetros y de este a oeste, 640 kilómetros.
Alemania es uno de los países con mayor nivel de vida del mundo. En el Índice de Desarrollo Humano 2014 de la ONU, Alemania ocupa el lugar 6 de 187 países. Con 81,2 millones de habitantes, Alemania es el país con mayor población de la UE y uno de los países más densamente poblados; aproximadamente el 77 por ciento de los habitantes vive en regiones de alta o media densidad de población. Un 30 por ciento de la población vive en grandes ciudades de más de 100.000 habitantes, de las cuales hay 76; la densidad de población en Múnich es de 4.460 habitantes por kilómetro cuadrado; en Berlín, de 3.780. Expertos ven en el renacimiento de las ciudades un sostenido proceso de crecimiento e innovación, pronosticando un creciente número de habitantes en las ciudades para 2030. Ello tendrá considerables consecuencias para el mercado de la vivienda, la movilidad urbana y la infraestructura. Especialmente el grupo etario de 18 a 24 años manifiesta una gran disposición a vivir en ciudades. La urbanización es una tendencia no solo en Alemania, sino global. Las ciudades atraen también a los turistas. Berlín es un imán de visitantes y registra cifras récords de turistas. A nivel europeo, esa metrópoli de 3,4 millones de habitantes ocupa el tercer lugar en cuanto a pernoctaciones, después de Londres y París.
Al atractivo de las ciudades se contrapone simultáneamente un anhelo por lo regional, particularmente en la alimentación. Los alimentos ecológicos tienen un firme lugar en la economía agrícola alemana. La facturación de productos biológicos alcanza a 7.600 millones de euros anuales. Unas 23.500 granjas biológicas, el ocho por ciento del total de establecimientos, cultivan el 6,3 por ciento de las tierras agrícolas. Los productos biológicos son protegidos con certificados. Unos 70.400 productos llevan el sello biológico estatal alemán: una fuerte protección del consumidor y una estricta obligación de marcado. En 2014 había en la población germanohablante 7,75 millones de personas que se definían como vegetarianas; 900.000 practicaban el veganismo. No obstante, el disfrute no se queda atrás: en Alemania hay 282 restaurantes con una o más estrellas en la Guía Michelin 2015. Su número ha aumentado desde 2010 en un 25 por ciento.